Axl Rose es una de las personalidades más icónicas del rock de las últimas décadas, pero a la vez ha llegado a ser una de las más cuestionables. El cantante de Guns N’ Roses dejó atrás sus estragos de rockstar, influido también por el consumo de drogas, pero su imagen aún no está del todo limpia para algunas personas.
Una de ellas es Alan Niven, ex manager del grupo, que ha denunciado el rol que tiene actualmente la voz de «Sweet Child O’ Mine» en Guns, que cuenta solo con él, Slash y Duff McKagan como integrantes originales.
Promocionando su próximo libro, Sound N’ Fury: Rock N’ Roll Stories, en el podcast Appetite por Distortion, Niven cargó contra Rose, acusándolo de querer «controlarlo todo siempre».
“Con Axl, es una cuestión de control”, dijo Alan Niven. “Aquí hay otra pequeña instantánea esclarecedora que contribuye a formar una percepción correcta. Axl ahora se lleva el 50% de los ingresos de Guns N’ Roses. El 50%, ¿de acuerdo? Eso, para mí, es un anatema. Él no es Guns N’ Roses”, aseguró.
Niven, que representó a la agrupación entre 1986 y 1991, continuó: «Eran cinco personas. Hubo química. Fue un momento —continuó—. Pero Axl quiere tenerlo todo bajo control, siempre. Y mira lo que eso te da. Un disco solista aburrido y unas versiones punk de mierda. Y eso es todo».
Las historias de Alan Niven
Es de destacar que no todo han sido dardos. Entre otras cosas, Niven ha revelado entretenidas anécdotas, como la vez en la que Izzy Stradlin y Slash se vieron obligados a tragarse cargas completas de heróina para no perderlas en el aeropuerto.
La banda se encontraba esperando un vuelo en plena gira, cuando le advirtió a los guitarristas que debían tirar la droga por el inodoro porque los perros y otros rastradores iban a descubrirlos.
«Eso es un desperdicio de buena heroína», le respondió Stradlin, para luego ir al baño. Sin embargo, al volver «se quedó parado por un momento, tambaleándose ligeramente, y luego sus rodillas se doblaron», rememoró Alan.
Slash logró llegar a su asiento en el 747 por sus propios medios, pero por muy poco. Él también aplicó la ética de «no desperdicies, no te faltará», añadió el ex manager del grupo.