En un nuevo programa de Palabra Que es Noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron con Pablo Giletta, director de contenidos de Radio Continental de Córdoba, sobre la muerte del Papa Francisco.
Un posible adiós simbólico
Pablo Giletta relató la última aparición pública del pontífice: “Durante el mensaje que formaba parte de su bendición, uno de sus cardenales tuvo que leerlo, mientras se lo veía al Papa en un estado casi dormido, con los ojos cerrados, dejando en claro que su salud no era óptima. Pese a lo cual tomó la decisión de pedirle a la gente del vaticano que lo subieran al Papamóvil y que como es tradicional diera una vuelta por las calles entre la gente y de esa manera saludó a la multitud. Fue un momento realmente muy emotivo, sorpresivo, inesperado porque el estado de salud de Francisco no coincidía con esa decisión de querer salir y de despedirse. Yo a esta hora ya subjetivamente lo asumo como que fue una despedida consentida de Francisco”.
Coherencia con su mensaje
Giletta destacó que esa última imagen del Papa fue coherente con el espíritu de su pontificado: “Él asumió con un mensaje muy contundente diciendo, quiero una iglesia pobre para los pobres. También dijo que quería pastores con olor a oveja, en el sentido de que los quería muy cercanos al rebaño, al pueblo, y creo que mantuvo esa coherencia incluso en el momento de su despedida».
“Estos 12 años que iban a ser de un papado de transición se convirtieron en un papado de cambios, donde quizás cuando asumió se pensó en un en un papado más breve”, agregó.
Reformas y tensiones internas
El periodista argentino también analizó el impacto de las reformas impulsadas por Francisco y las resistencias internas en el Vaticano: “Ha sido un papa abierto a las reformas dentro de los tiempos de la iglesia, que siempre son más lentos de lo que uno podría pensar”.
En la misma línea menciona que: “Ha sido muy cercano a las minorías, muy cercano a las distintas diversidades Y creo que un poco el desafío que tiene la Iglesia por delante es saber si va a mantener esa línea o si por el contrario tendrá un regreso al conservadurismo como tuvo con Ratzinger”.
“Francisco se ha encargado de reformar en este tiempo el colegio cardenalicio para que pasen a integrarlo varias personas, incluso varios obispos latinoamericanos más cercanos a su línea de pensamiento”, agregó Giletta.
Giletta recordó, además, el carácter personal del pontífice: “Él siempre nos despedía con una frase, ‘Recen por mí’, y puede parecer una expresión simple, pero en realidad era muy concreta, ya que él se sentía todo el tiempo en peligro, digamos, el sentía que tenía que tejer una estrategia de supervivencia dentro de la estructura vaticana, al hecho de como Papa querer imponer las reformas que él pensaba. Yo creo que Francisco lo que ha tenido que moderar son los tiempos”.
También el argentino subrayó el contraste entre el impacto de sus palabras y sus limitaciones para llevarlas a cabo: “Él sabe que ha tenido mucho más alcance quizás en la repercusión de su palabra y de su discurso que de los hechos concretos que ha podido realizar en cuanto a las reformas que pretendía para la iglesia”.
Incertidumbre sobre el futuro
Giletta advirtió sobre el futuro de la Iglesia y señaló que el panorama es incierto: “Más de 50 integrantes del colegio cardenalicio son italianos, y seguramente, más allá de la cuestión política, ellos también ejercerán una fuerte presión para que el próximo Papa vuelva a ser italiano, teniendo en cuenta que los últimos fueron un polaco, un alemán y un argentino”.
“En ese sentido, es bastante difícil presagiar lo que pueda pasar de aquí en adelante, porque si bien las mayorías populares consideran al Papa una figura muy importante en este tiempo, por su mensaje de una iglesia más cercana, otro sector más conservador de la iglesia ha criticado fuertemente la gestión de Francisco”, concluyó.
