Es importante recordar que las cosas se movían mucho más rápido en el negocio de la música en los años 60. Incluso con los artistas modernos escribiendo, grabando y publicando canciones en línea en el transcurso de una tarde, el programa que se esperaba que cumplieran los músicos hace 50 años (grabación, gira, apariciones promocionales, repetir) era agotador y demoledor. Y una vez que la industria discográfica huele algo bueno, el ciclo se acelera aún más. Basta con mirar el movimiento grunge de los años 90 para comprobarlo. ¿Cuántos imitadores de Nirvana y Pearl Jam salieron al público después del éxito de «Nevermind» y «Ten»? Fue aún peor en los años 60, especialmente después de que los Beatles expusieran a toda una escena musical británica lista para su primer plano. Docenas de bandas inundaron el mercado, pocas importaban. Y The Kinks era una de las que sí importaba.
Los Kinks quedaron atrapados en este ciclo brutal. Habían lanzado su sencillo debut, una versión bastante deprimente de «Long Tall Sally» de Little Richard, a principios de 1964. A mediados de año, consiguieron su primer éxito número uno en el Reino Unido con el inmortal «You Really Got Me». Un álbum homónimo se lanzó un par de meses después. Y luego más grabaciones, giras y apariciones promocionales. Repetir el ciclo. La banda apenas había salido de gira cuando se apresuró a volver al estudio para grabar un segundo álbum, «Kinda Kinks», durante las primeras semanas de 1965. Para la primera semana de marzo, ya estaba a la venta. Y el ritmo agotador de las sesiones (que en realidad comenzaron con Ray Davies escribiendo rápidamente 10 temas nuevos para el álbum) se puede escuchar en la mezcla, la interpretación y, en última instancia, las canciones.
Nadie estaba realmente contento con el resultado, ni siquiera Davies. «Se debería haber tenido un poco más de cuidado. Creo que [el productor] Shel Talmy fue demasiado lejos al tratar de mantener los bordes ásperos. Algunas de las pistas dobles son espantosas. Tenía mejores canciones que el primer álbum, pero no se ejecutó de la manera correcta. Fue demasiado apresurado», escribió en las notas de la reedición de la Edición Deluxe de 2011 del álbum.
Aunque Davies había escrito, o coescrito, todas las canciones del LP menos dos («Naggin’ Woman», un blues misógino y descartable, y una versión apenas despierta del clásico de Motown «Dancing in the Street»), la mayoría son olvidables. La canción de apertura «Look for Me Baby», la rave a medias «You Shouldn’t Be Sad» y «Got My Feet on the Ground», coescrita con su hermano Dave Davies, fueron rápidamente descartadas a finales de año, cuando se lanzó el tercer álbum de los Kinks, «The Kink Kontroversy«.
Sin embargo, «Kinda Kinks» incluyó un par de canciones que no se pueden perder. «Tired of Waiting for You» fue una de las primeras incursiones exitosas de Davies fuera del estilo garage-rock, y el single de la banda que más éxito obtuvo en las listas: alcanzó el puesto número 6, una posición igualada solo por la canción de regreso a las listas de 1983 y el gran éxito de MTV «Come Dancing». La última canción del álbum, «Something Better Beginning», insinúa el tono más pastoral y reflexivo que adoptaría la composición de Ray Davies en los años siguientes. Pero eso es todo.
Aunque «Kinda Kinks» es un poco inescuchable, Davies no estaba decayendo en absoluto en ese momento. Las 23 pistas adicionales que se encuentran en la Edición Deluxe del álbum incluyen algunos de sus primeros triunfos. «Everybody’s Gonna Be Happy», «Set Me Free», «Who’ll Be the Next in Line», «See My Friends» y «A Well Respected Man» fueron grabadas durante ese período, pero se guardaron para lanzamientos de sencillos o EP en lugar de usarse como cortes de álbumes.
Así era también como funcionaban las cosas en ese entonces. El mejor material se publicaba como sencillos, mientras que muchas pistas menores grabadas durante las mismas sesiones llenaban las típicas listas de reproducción de docenas de canciones de los álbumes. Algunos grupos, como los Beatles, podían salirse con la suya. Otros, como los Kinks, se dejaron llevar por algunos álbumes irregulares antes de encontrar su equilibrio. Y en los siguientes tres años, todo se solucionó. Las bandas se separaron o desaparecieron. Algunas se reinventaron. Algunas mejoraron. Y algunas, como los Kinks, relajaron su ritmo frenético e hicieron la mejor música de su carrera.