En un nuevo programa de Palabra Que es Noticia, Andrea Moletto y Antonio Quinteros conversaron con Eric Goles, investigador y escritor, sobre su libro “Vida artificial”, donde reflexiona sobre la tecnología que antes era de ciencia ficción, hoy es una realidad.
Concepto de vida artificial
El autor comenzó hablando sobre el concepto de “vida artificial”: “Para mí es un organismo que en otro contexto que no sea biológico, es capaz de reproducirse, de copiarse, de hacerse más complejo tal como nos ocurre con las diferentes especies y organismos que habitan la Tierra”.
Según Goles, esto debe verse desde un enfoque evolutivo: “Nosotros los seres humanos somos producto de 3500 millones de años de evolución natural del tira y afloja con el medio ambiente de manera darwiniana. 3500 millones de años y esto invento que estoy hablando yo datan de cuando apareció el computador, de los 40, ósea menos de un siglo. Pero en ese camino, se puede emular la evolución natural mediante algoritmos y de manera súper eficaz”.
“Por lo tanto, el añadido de copiarse, de replicarse, no es como una cadena de fotocopia. Tú puedes hacer el objeto que copiaste más o menos complejo adaptandolo a un cierto entorno que puede ser digital u otro”, agregó Goles.
Impacto exponencial
El autor explica que el impacto que ha tenido la tecnología en la sociedad ha sido acumulativo y exponencial: “Desde que dibujamos en las cuevas de Altamira hasta el día de hoy, nos hemos apoyado en herramientas como el fuego, la rueda o más reciente el computador. Hoy en día se han inventado estos algoritmos que son nada más que otra herramienta extremadamente sofisticada que tenemos y con la que estamos en simbiosis y el camino del futuro va de la mano, no hay marcha atrás, algo que evidentemente tiene un montón de advertencias”.
Actualmente la IA es una herramienta común en diferentes trabajos, desde la escritura y el arte hasta la investigación científica, sin embargo, su desarrollo tiene un alto costo energético: “El entrenamiento de una dificil red de inteligencia artificial como chat GP4 consume energía y esta es más o menos igual a lo que consumirían 120 familias de clase media norteamericanas durante un año. Por lo tanto, uno de los enormes desafíos científicos tecnológicos al día de hoy es entrenar estas redes de manera económica”.
Ética en la IA
Para Goles, el avance tecnológico es muy rápido, pero el desarrollo ético y filosófico no sigue el mismo ritmo: “Nuestra especie, tiene la capacidad para inventar constructos tecnológicos de una manera muy rápida. Desafortunadamente, no tenemos la misma velocidad ni el mismo interés masivo como para mejorar la filosofía, la ética, el ámbito de sociedad en el cual esos conceptos encajan. Con la inteligencia artificial, pasa lo mismo, vamos cómo bala desarrollando. Sin embargo, la regulación, la ética, por la energía o cómo administramos el sesgo de los datos es no solo es difícil, sino que va muy por detrás”.
Uno de los desafíos más complejos según el autor, es evitar el sesgo en la IA: “Todos nosotros en el ámbito social, en el modo en que vivimos, en la sociedad que vivimos opinamos sesgadamente por naturaleza. Entonces, le estamos pidiendo a una máquina que aprende de nuestra base de datos, de nuestras opiniones que no sea sesgada, es un problema que es extremadamente difícil porque es pedirle que mire desde fuera de la sociedad que evite los sesgos”.
La importancia de la educación
Para poder enfrentar estos desafíos, Goles insiste en la importancia que tiene la educación: “A mi juicio, la única manera de estar a caballo con estos temas es precisamente insistiendo en la educación, dejar de lado la ignorancia, somos todos muy incultos con respecto al tema de inteligencia artificial, es un hecho que la ignorancia, tontera y la falta de educación hacen que nuestra sociedad esté extremadamente dañada y me preocupa mucho”.
Finalmente advierte sobre el riesgo de manipulación mediante esta inteligencia artificial: “Hoy en día cuesta poco en plata manipular la opinión pública con un aparato como inteligencia artificial, pero la culpa, el demonio no es la máquina, no es el software que no tiene conciencia. El demonio es aquel que la usa y ahí hay un problema de humanidad, ético, sociológico y político”.
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