En Palabras Sacan Palabras, Álvaro Paci conversó con la analista senior del think tank de relaciones internacionales AthenaLab, Paz Zárate, quien analizó el impacto de Estados Unidos en América Latina y el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.
Una América Latina sin prioridad en la agenda de Trump
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha reafirmado su postura de reducir el involucramiento de EE.UU. en los asuntos latinoamericanos, privilegiando su enfoque en conflictos comerciales con China, la crisis en Medio Oriente y el fortalecimiento de su base política interna.
“Nosotros no fuimos -no somos- tan importantes como va a haber sido parte de su agenda del primer mandato. En este segundo mandato creo que al final está todo volando por los aires, con lo cual es muy importante monitorear la situación y prepararse con anticipación”, señaló Zárate.
En su discurso inaugural, Trump apenas mencionó a la región y hasta ahora ha tomado pocas acciones concretas. Más allá de reforzar su política migratoria con medidas más restrictivas en la frontera sur. Sin embargo, la abogada afirmó que “lo mejor que podría pasarnos como país es que Donald Trump nos ignorara”.
El impacto en Chile: un desafío de diversificación
El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y EE.UU., vigente desde 2004, impulsó el desarrollo del comercio chileno. EE.UU. siendo uno de los principales socios comerciales del país. Sin embargo, Trump ha demostrado en el pasado su disposición a abandonar acuerdos que no considera favorables, como lo hizo con el TPP en 2017.
“En cualquier momento que Trump estime que la relación Chile – Estados Unidos está desbalanceada a su criterio, los cambios pueden venir y el tratado que rige nuestra relación comercial podría ser letra muerta”, destacó Zárate.
En este sentido, China ya se ha posicionado como el principal socio comercial de Chile, especialmente en la industria minera. Sin embargo, depender en exceso de la economía china también implica riesgos, sobre todo considerando la creciente rivalidad entre Beijing y Washington.
“Es curioso que Trump suba los aranceles en un 30% a países amigos, en una relación comercial óptima que él mismo negoció, y se la subió solo un 10% a China que se supone que es su su verdadero competidor. Entonces, hay cosas que realmente aquí no no calzan demasiado”, destacó la abogada.