En Palabra Que es Noticia, Antonio Quinteros conversó con el director de proyectos y áreas de acción Desafío Levantemos Chile, Nicolás Canales. Esto, a un año del incendio que arrasó con la Región de Valparaíso en febrero de 2024, uno de los más devastadores en la historia de Chile.
Un proceso lento
Con un saldo de 137 víctimas fatales y miles de viviendas destruidas, la tragedia no solo dejó cicatrices físicas en la zona, sino también un complejo panorama de reconstrucción.
A un año de la emergencia, la lenta respuesta del Estado ha generado indignación entre los damnificados. Muchas familias aún no tienen soluciones definitivas, y en algunas zonas la reconstrucción apenas alcanza el 1%. Mientras el Gobierno insiste en que se trata de un plan a cinco años, la realidad de quienes lo perdieron todo deja en evidencia que esperar no es una opción viable.
“Acá no es una cuestión solamente geográfica, son situaciones humanitarias, donde tenemos que ser todos garantes de ver cómo resolvemos en el corto plazo la necesidad más urgente”, señaló Canales.
Reconstrucción desde el mundo privado
Ante la lentitud del aparato estatal, organizaciones como Desafío Levantemos Chile han ejecutado proyectos para agilizar la recuperación de las zonas afectadas. En Viña del Mar y Quilpué, la ONG ha llevado a cabo 41 iniciativas, entre ellas la restauración del Jardín Botánico, la construcción de viviendas y la implementación de un centro de salud mental.
Sin embargo, Canales advirtió que estos esfuerzos representan solo el 1% de lo que se necesita. “El Estado no puede hacerlo solo, y aquí es fundamental la colaboración público-privada. Nosotros hemos demostrado que con gestión y voluntad es posible avanzar, pero hay que multiplicar estos esfuerzos para que la reconstrucción sea una realidad”, explica.
Uno de los grandes problemas en la reactivación ha sido la burocracia. Muchas de las zonas afectadas no contaban con regulaciones claras, lo que ha dificultado la entrega de soluciones habitacionales. “El desafío también está en prevenir que esto vuelva a ocurrir. Necesitamos políticas que agilicen la regularización de terrenos y permitan una respuesta más rápida en futuras emergencias”, agregó Canales.
A pesar de los avances en ciertas áreas, la sensación en las comunidades afectadas es de abandono. Protestas y huelgas han marcado la agenda en los últimos meses, con vecinos exigiendo respuestas concretas a las autoridades. “No se puede esperar cinco años para recuperar lo que se perdió en minutos”, sentencia Canales.