El Ministro de Justicia anunció hoy que la nueva cárcel de alta seguridad será construida en Santiago Centro, en el que denominó como “Barrio Penitenciario”. La decisión llegó a pesar de críticas de la alcaldesa de Santiago y de organizaciones vecinales. Quienes revelaron la compleja situación que se vive actualmente conviviendo con las cárceles ya existentes.
En Palabras Sacan Palabras, Andrea Moletto conversó con Paola Moreno, vocera de vecinos del Barrio Rondizzoni, sobre las dificultades de vivir en un barrio marcado por tener que convivir con cárceles.
Sobre la declaración del Ministro de Justicia, Luis Cordero, que calificaba el sector como un “barrio penitenciario”, Moreno plantea: “Me cayó pésimo. No solo a mí, sino también a los vecinos, porque nosotros no somos reos. Somos vecinos de la comuna de Santiago. Que el Ministro nos diga que somos un “barrio penitenciario” lo encontramos una ofensa. Nos muestra que está absolutamente desconectado de la realidad de los vecinos”.
Acerca de las externalidades que implica convivir con cárceles, la vocera sostiene: “La población flotante que circunda estos recintos penitenciarios está generalmente ligada a la actividad delictual. Albergan una gran cantidad de comercio informal, de bandas y narcotráfico, de peloteros, de todo en los alrededores, todo el día”.
“Hay entre 8.000 a 10.000 personas diarias que transitan por nuestro barrio, que no son vecinos de la comuna, y las externalidades de todo ese grupo de personas, las vivimos nosotros”, agregó Moreno.
Anuncio del Gobierno
En relación a la rápida reacción del Ejecutivo, la representante del barrio Rondizzoni propone: «Es una reacción un poco histérica del Gobierno. De salir 17 asesinatos el fin de semana, y el miércoles siguiente decir ‘Vamos a hacer una cárcel nueva de alta seguridad en el centro de Santiago’. ¿Cómo se define eso en cuatro días?»
“¿Es algo que tenían preparado de antes y no nos habían comunicado? O simplemente es una medida desesperada para poder acallar a los medios y a toda la gente diciéndoles que necesitamos una cárcel, sin hacer un estudio previo para ver dónde instalarla”.