*La columna que compartimos a continuación se publicó originalmente el miércoles 14 de marzo de 2018, al día siguiente del show de Pearl Jam en el Movistar Arena.
Sabíamos que lo de anoche en el Movistar Arena iba a ser histórico tan solo proyectando cifras. Primera vez que habrían casi 18 mil personas colmando cada rincón del recinto; para un show que no tuvo telones de ningún tipo ni mayores separaciones. Pero nada nos preparó para el cúmulo de emociones que Pearl Jam entregó a sus fans de Chile en su sexto concierto en nuestro país.
La relación de la banda con su público chileno solo ha crecido con el tiempo. Y no importa cuánto vuelvan; cada nueva cita siempre se sentirá por primera vez. Varios acampando en las afueras del arena; algunos miembros compartiendo con fans comprometidos en las afueras de su hotel para un saludo; una foto, una firma, o un “gracias por todo”; que es el cielo cuando se lo dices a uno de tus ídolos que no son dioses inalcanzables; sino tipos parecidos a ti. Eso provoca Pearl Jam por estos lados; y no extraña que hayan elegido a Chile como el país para dar arranque a su gira 2018; tras 19 meses sin hacer un show completo.
Se apagan las luces del Movistar Arena y no hay parafernalia. No hay introducción de toques bíblicos ni video de fondo. Simplemente, la banda subiendo al escenario en medio de la euforia de su gente para tomar sus instrumentos y regalarnos «Release»; tal como ese ya lejano primer show de 2005 cuando caían algunas gotas en un cielo cubierto de noviembre. No quedan dudas de que estamos en casa cuando pasa la primera vez de «Low Light» tocada en suelo chileno; y la dosis de adrenalina en «Animal». A Pearl Jam no se le nota el año y medio sin giras y nos hace sentir como si estuviésemos en su sala de ensayo.
Acogedor y catártico a la vez, con frescas como «Mind Your Manners» y clásicos como «Hail Hail», «Love Boat Captain» y «Corduroy», distintos momentos de una carrera que hemos visto crecer desde su génesis frente a nuestros ojos y nuestra memoria, la misma a la que hace alusión Eddie Vedder en su primera intervención en español «de mierda» como él mismo reconoce bromeando, para dejar en claro que hizo la tarea de revisar los sets anteriores de Chile y rescatar canciones que no han tocado acá como «Dissident», un gran regalo para los devotos.
A estas alturas, Pearl Jam está a sus anchas con su gente, despachándose el clásico «Evenflow» con Mike McCready invocando al espíritu de Jimi Hendrix (y más tarde rindiendo honores a Eddie Van Halen con el instrumental «Eruption»), «Present Tense», «Given To Fly» y «Garden», otro regalo de su vasto catálogo debutando en Santiago. Y si de debuts se trata, el show de anoche parecía un show de los 90, con la banda arrancando una gira con público fiel en un lugar más íntimo y estrenando en sociedad una nueva canción como «Can’t Deny Me», primer adelanto de un nuevo disco que se lanzará este 2018, y que Vedder dedicó a los estudiantes que sobrevivieron a una terrible tragedia en el estado de Florida, cerrando una primera mitad intensa con la eterna «Porch».
Ahora, el momento es para tomar una acústica y sentarse un rato con otro regalo para fans, «Around The Bend» y «Footsteps», dando paso a una presencia latente en toda la jornada: el recuerdo de Chris Cornell, fallecido en mayo del año pasado. Vedder le dedicó «Come Back» al líder de Soundgarden en un momento para enmarcar antes del cover de «Crazy Mary», el saludo de cumpleaños con 3 días de atraso para Jeff Ament y otro momento intenso con «Do The Evolution». La emoción no para gracias a la siempre luminosa «Better Man», que probablemente tuvo su mejor pasada por Chile sobre el escenario del Movistar Arena, antes de la transversal «Black».
Si el rock es un árbol genealógico, Pearl Jam es un hijo que anotó en un cuaderno para toda la vida todo lo que vio de su familia, cada frase y lección que les dieron sus padres y sus tíos, para aplicarla en el cómo querían encarar una carrera. Ese hijo que escuchó atento las tertulias en cada reunión familiar y conoció a fondo sus valores. Y las lecciones aprendidas son doradas. Los ejemplos de Neil Young, The Who, Led Zeppelin y otros nombres fundamentales del rock clásico les mostraron el camino a recorrer.
Bajo esta mirada, Pearl Jam se siente con propiedad para rendir homenaje a Pink Floyd y saludar al maestro Roger Waters con una versión de «Comfortably Numb» que se ajustó a su configuración, pegada con el himno «Alive» y cerrando de manera sólida la segunda mitad en un set que a estas alturas lleva casi 3 horas.
El bis llegó con todas las luces encendidas del recinto y Pearl Jam mirando a la sección de vista parcial en sus espaldas para sus insignes versiones de «Last Kiss» y «Baba O’Riley» antes de la última de una lista, «Indifference», que nos indica que esto tendrá una segunda parte el viernes 16 de marzo cerrando la primera jornada de Lollapalooza Chile 2018 y coronando una noche que rankea alto dentro de la historia de la banda con Chile. Esta ya es su casa hace rato y lo saben. Un lazo para toda la vida.