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Padrastro de Matthew Perry sobre últimos días del actor: «Sentía que estaba venciendo la adicción, pero nunca se vence y él lo sabía»

Keith Morrison dio detalles de cómo se sentía la estrella de Friends antes de morir y abordó su propio duelo que vive por su hijastro.

Matthew Perry
Getty Images

Ya están pronto a cumplir cinco meses del trágico fallecimiento de Matthew Perry, una pérdida que afectó a muchas personas alrededor del mundo. Especialmente, considerando que la estrella de Friends partió cuando su vida finalmente parecía tomar un mejor rumbo.

Es de conocimiento público que el actor hace décadas venía luchando contra sus adicciones y padecimientos psicológicos, como la ansiedad. En ese contexto, es ahora el padrastro de Matthew Perry quien compartió detalles sobre su estado antes de morir.

En una nueva entrevista con Hoda Kotb en el podcast Making Spaces, Keith Morrison mencionó: «Sentía que lo estaba superando. Pero nunca se vence, y él también lo sabía».

Una lucha constante

Morrison, que se casó en 1981 con Suzanne, la madre de Matthew, reveló que la relación entre ella y su hijo había mejorado mucho en los meses previo al fallecimiento. Mientras que varias informaciones indican que Perry había comenzado a depurar su cuerpo e incluso planeaba volver a la actuación.

“Era feliz, y lo dijo. Y hacía mucho tiempo que no lo decía. Así que es una fuente de consuelo, pero también no llegó a tener su tercer acto, y eso no es justo”, compartió Keith.

En esa línea, Morrison se refirió a su propio duelo: «Fue la noticia que nunca quieres recibir, pero piensas que algún día podrías recibirla. Sí y no, supongo que es la respuesta a eso”.

Así, señala que el dolor «Te acompaña todos los días. Está contigo todo el tiempo, y hay algún aspecto nuevo que asalta tu cerebro. No es fácil».

Por otro lado, reflexionó sobre la personalidad de Matthew Perry, quien llevó su agudo ingenio y sarcástico sentido del humor al tan querido personaje de Chadler Bing: «Era bobalicó. Era divertido. Era mordaz. Pero aunque no dijera ni una palabra, era el centro de atención».


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