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Apolo 1: La prueba de la NASA que terminó con 3 astronautas incendiados

Durante la Guerra Fría, en pleno auge de la exploración espacial, un devastador accidente acabó con la vida de 3 astronautas de la NASA.

Virgil Grissom, Edward White Y Roger Chaffee
NASA

La búsqueda incesante por explorar el espacio ha motivado a la humanidad a desarrollar una variedad de programas con el fin de alcanzar este objetivo. Sin embargo, garantizar el éxito, especialmente en misiones tripuladas, requiere la realización de pruebas exhaustivas. SpaceX, con su proyecto Starship dirigido a Marte, sigue esta premisa al igual que la NASA en la década de 1960.

Durante la Guerra Fría, la competencia espacial se convirtió en un caldo de cultivo para los progresos en ciencia y tecnología espacial, impulsando innovaciones tanto en instrumentación como en sistemas de transporte.

En ese escenario, la agencia estadounidense desarrolló la misión Apolo 1 con el propósito de llevar a cabo un vuelo en órbita terrestre baja. Esta misión tenía como objetivo principal probar el funcionamiento de diversos instrumentos de control de la nave. Aunque inicialmente programado para el 21 de febrero de 1967, el lanzamiento nunca llegó a materializarse para esa fecha.

Apolo 1: Las primeras tragedias en una misión de la NASA

Para llevar a cabo las pruebas planificadas, la agencia necesitaba que la nave estuviera tripulada. Los astronautas Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee fueron seleccionados para llevar a cabo esta misión de magnitudes. La fecha inicialmente fijada para la primera prueba era el 27 de enero de 1967.

La misión, originalmente designada como Apolo 204, llegó a un abrupto final cuando un repentino incendio estalló en el módulo de comando. Uno de los componentes que se planeaba evaluar durante la prueba.

¿Se pudo haber evitado la tragedia?

Durante la etapa inicial del entrenamiento para la misión, los astronautas habrían sido alertados sobre la presencia de una considerable cantidad de materiales inflamables en la cabina, con especial atención en los fabricados con nylon. Esta advertencia fue respaldada por otros expertos, según informó Mirror.

Así, apenas los astronautas ingresaron a la cabina de la Apolo 1, surgieron complicaciones. Grissom, White y Chaffee detectaron un inusual olor emanado de los tanques de oxígeno. Poco después, se activó una alrma que indicaba una elevada concentración de este gas.

Todo lo que era comunicaciones, también presentaban desbarajustes inusuales, oyéndose una potente estática en el intento de los enviados a la misión por contactarse con la zona de control. Uno de los emisarios se preguntó que «¿Cómo vamos a llegar a la luna si no podemos hablar entre dos o tres edificios?».

La cruzada continuó hasta que, desde la cabina, se oyó en las comunicaciones que «hay un incendio en el panel de la tripulación». Pues, el incendio se gestó de forma repentina, acelerado por la cantidad de oxígeno que había en la cabina y que terminó por activar la alerta. De este modo, en pocos segundos, el fuego y el monóxido de carbono ya se habían apoderado de la cabina.

La puerta se abrió después de una espera agónica que se extendió por más de cinco minutos. Sin embargo, el destino ya había sellado su veredicto. Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee, junto con el módulo de comando, habían sido consumidos por el fuego. En este momento, estos tres valientes astronautas se convirtieron en los primeros mártires de la NASA en un episodio oscuro de la historia de la exploración espacial.


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