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Maite Alberdi aborda «La memoria infinita»: «Es una película heredada, Augusto decidió hacerla»

La directora de "El Agente Topo" se abrió sobre su sobrecogedora nueva cinta que muestra a Augusto Góngora atravesando el alzheimer.

Maite Alberdi

Este 2023 ha traido en estos ocho meses que llevamos de año una variada cantidad de largometrajes destacables. Sin embargo, aún quedan varias por estrenarse, y una de ellas es La Memoria Infinita.

Tras el aclamado El Agente Topo, Maite Alberdi está presentando este nuevo documental que lleva unos días llamando la atención no solo a nivel nacional, sino también internacional, gracias a la especial manera en la que la directora aborda el proceso de Augusto Góngora enfrentando su alzheimer, en compañía de su esposa, la destacada actriz, Paulina Urrutia.

Este año el mundo del periodismo nacional tuvo que despedir al profesional de las comunicaciones. Pero Alberdi en esta cinta, de algún modo, rinde tributo a un Góngora que más que un documental, dejó la valiosa herencia de su trabajo.

Así lo menciona la cineasta nacional en una entrevista internacional, donde fue preguntada sobre si considera este proyecto como un regalo de Augusto a las personas.

«Completamente, siento que es esta es una película heredada. Sus hijos me dijeron que esta es una película heredada, y siento que está muy claro que fue su decisión hacer la película», le reveló a Letterboxd.

En esa línea, Alberdi cuenta que «Paulina [Urrutia] dice todo el tiempo que el acto de consecuencia más impresionante de Augusto fue aceptar hacer esta película, porque era una persona que pasó muchos años hablando con la gente sobre la precariedad y el dolor».

«Él dijo: La gente me abrió sus casas en situaciones dolorosas. ¿Por qué no debería abrir mi propia casa y mostrar mi propia fragilidad? Ese acto de consecuencia es un acto de memoria en sí mismo».

Augusto Góngora: una vida dedicada a preservar la memoria histórica

Relacionado a aquello, Alberdi como documentalista se encontró atravesando su propio proceso junto a Góngora y Urrutia.

«Comencé la película completamente enfocada en una historia de amor que admiraba y sentía conmovedora, pero cuando construí esa historia de amor, me di cuenta de que no se podía contar sin entender quiénes eran [Augusto y Paulina] y cómo se enamoraron», cuenta.

A partir de eso, Maite puntualiza que «Amas a alguien por lo que es, pero su trabajo no es una parte separada de lo que es una persona. Como cineasta, mi trabajo es mi identidad y también una forma de vida, así que traté de entender cómo Augusto se preocupaba por la memoria y la historia como parte de su trabajo. Él fue quien me puso en contacto con una preocupación por la memoria histórica».

Así, más adelante explica cómo Augusto perdió la memoria, pero solo desde el «concepto», porque en realidad «nunca ha olvidado a los amigos que perdió durante la dictadura, nunca ha olvidado el dolor».

«Nunca ha olvidado a su esposa, aunque ahora no puede recordar su nombre», continúa. «Él sabe que ella es su amor, él sabe que ella es su cuidadora. Paulina no puede internar a Augusto en un asilo o institución porque sabe que él sabe. Esta es otra forma de entender cómo la memoria vive en el cuerpo de tantas maneras diferentes».


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