Durante la jornada del jueves ocurrió del sonidista Pablo Allende, que tuvo un lugar de importancia en la trayectoria de Los Prisioneros. El profesional de 59 años de edad sufrió un infarto del que no pudo sobrevivir.
Allende acompañó a la banda de San Miguel durante las giras que desarrollaron tanto a lo largo del país, como aquellas en el extranjero. Aunque considerando las exigencias de la época, no solo se limitó a trabajar para que sonaran de la mejor forma, sino que también fue el encargado de armar el equipo técnico del grupo.
Además de eso, formó un vínculo clave con Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, convirtiéndose en una especie de confidente.
El rol de Pablo Allende en Los Prisioneros
Su historia con Los Prisioneros comenzó en un recordado show que el trío nacional compartió en el Teatro Cariola con Aparato Raro. Allende en ese entonces era el roadie de esta banda, producto de su gran amistad con Rodrigo «Coti» Aboitiz (con el que llegó a formar una banda junto al también ex La Ley, Andrés Bobe). Sin embargo, aquella jornada su vida dio un giro cuando le pidieron que arreglara el pésimo sonido que tenía el show.
Tan amable como se le conoció, Allende arregló los desperfectos en el Cariola y desde aquel entonces pasó a ser una de las manos de confianza de Los Prisioneros.
«Ante la disyuntiva de sonar más fuerte pero con menos nitidez, Allende siempre optaba por lo primero, lo que muchas veces lo transformó en el “culpable” de que la banda sanmiguelina no sonara bien en vivo. Allende nunca estuvo de acuerdo con tal premisa», recoge La Tercera.
Con el quiebre del trío de cara a los 90, Pablo Allende dejó de trabajar con ellos y nunca más lo volvería a hacer. No obstante, los últimos años retomó contacto con Narea y Tapia.