ENTREVISTAS

Luis Silva y dichos sobre Pinochet: «En el arte de la política pueden producirse este tipo de desliz»

De las primeras definiciones del Consejo Constitucional, hablamos en #FuturoPSP con el consejero del Partido Republicano.

Luis Silva Futuro PSP
Agencia Uno

De las primeras definiciones del Consejo Constitucional, con la presidencia de las cuatro comisiones en manos de la derecha y las expectativas respecto al inicio del trabajo del órgano, conversamos en un nuevo Palabras Sacan Palabras con el consejero constitucional del Partido Republicano y primera mayoría nacional, Luis Silva.

En estas comisiones todas tendrán un presidente de derecha y desde el oficialismo dijeron que era una mala señal de cara al llamado al diálogo. ¿Qué piensa usted?

Pienso que al final lo relevante va a ser cómo se conduzca el proceso. Lo importante es que, asumiendo que la realidad se configura como se está pensando ahora, es como se conduzca la presidencia de cada comisión. Por otro lado, a nadie puede sorprenderle que con la mayoría que representa el bloque de la derecha en el Consejo Constitucional presidan las cuatro comisiones. Yo entiendo que desde el oficialismo esperaran algo más pero era solo eso, una esperanza.

¿Cómo conversa eso con la idea de mantener el diálogo a pesar de una mayoría tan grande?

Creo que las formas hacen la gran diferencia. Uno podría configurar un escenario donde solo tuviéramos tres presidencias pero que ellos fueran intransigentes respecto al diálogo. Lo que queremos es mantener el diálogo independiente de las presidencias y por ello estamos buscando quienes son los más adecuados para conducir el proceso en las comisiones y mantener esta actitud de diálogo y de respeto que queremos tener en el consejo.

¿Cuánto cree que su mirada valórica vaya a influir en la discusión en el Consejo?

La bancada republicana comparte la protección de la vida que está por nacer desde el momento de la concepción. Una cosa distinta es llevarlo a la discusión constitucional. La cuestión de cómo abordaremos esta discusión se mantiene abierta. Nosotros no estamos llegando a la discusión con una propuesta hecha, estamos dispuestos a conversar para ver cómo se ordena el mapa y cómo ir dando estas batallas.

¿Cambió su visión respecto a esto?

Yo diría que no ha cambiado nada, porque efectivamente es una discusión que tiene muchísimas dimensiones que son igual o tanto determinantes en el resultado. Si lo miráramos solo en el punto de las mayorías entonces el problema sería más simple, pero venir a la constituyente como si esto se fuera a solucionar me parece ingenuo. Nosotros llegamos con una declaración de principio muy clara pero abiertos al debate para ver cómo se desenrollarán los temas.

Al presidente de su partido, Arturo Squella, no le gustó el anteproyecto y a estas declaraciones se sumó Martín Arrau, en el sentido de que si el proyecto es malo dejarán la constitución actual. ¿Cómo reciben que desde ya el Partido Republicano mire con suspicacia el proyecto?

La presidenta Beatriz Hevia declaró que el anteproyecto era un buen punto de partida. A eso le agregaría las palabras del presidente Boric, que dijo que “hay que cambiar lo que debamos cambiar”. Quiero entenderlo como una definición de principios y eso vale para el anteproyecto también. Entiendo que las declaraciones de Squella y Arrau se refieren a que el anteproyecto es un punto de partida que tiene muchos espacios de mejora donde nosotros tendremos que actuar.

¿Existe entonces la opción de llamar a rechazar la propuesta una vez terminado este proceso?

Es una opción que todos los consejeros constitucionales tienen que mantener abierta. No sería responsable que enfrentemos este proceso como si ya estuviéramos aprobando lo que saldrá de la discusión. Sería ingenuo y peligroso cerrarse a la posibilidad de que se favorezca la opción en contra, porque creo que eso hace incluso la discusión más seria. El anteproyecto es un buen punto de partida. Podría haber sido un mal punto de partida, pero no lo es, porque incorpora explícitamente las 12 bases. Nosotros como consejeros republicanos no vamos a tocar las bases porque es una de las reglas del juego que conocíamos cuando entramos a participar de este proceso.

¿Qué reflexión hace respecto a la polémica que provocaron sus declaraciones sobre Augusto Pinochet?

Me quedaría con lo que leí en una columna de opinión que calificó mis declaraciones de impericia política. Hay un margen de aprendizaje en cualquier persona que se inicia en un arte y en el arte de la política pueden producirse este tipo de desliz.

¿Puede considerarse un desliz cuando se trata de convicciones más profundas?

Una de las cosas que aprendí es que me voy a enfocar en la discusión constitucional porque creo que es algo que le debo a los chilenos y chilenas y no me voy a referir a este tema. Francamente no veo ninguna relación entre ambas cosas y estoy muy cómodo aportando para generar el mejor producto posible.

¿Cómo recibió la respuesta que el Presidente Gabriel Boric le hizo a través de Twitter?

Honestamente la discusión me pilló de lejos porque estuve tomando distancia del día a día post campaña fuera de Santiago, así que no seguí las secuelas de mis declaraciones. Para mí es un tema que, una vez que asumo como consejero constitucional, es un tema archivado.

¿Cómo recibió en su momento los dichos de su hermano?

Como ya lo dije en su momento, es algo que no me pilla de sorpresa, pero que a cualquiera como hermano le puede doler. No he hablado con él, pero como dije este también es un tema que creo que no debería tratar para concentrarme en mi trabajo como consejero constitucional.

¿Qué pasó con su declaración respecto a las mayorías? ¿Lo mantiene?

Se produjo un malentendido del cual asumo la responsabilidad. Traté de explicar como funciona la democracia cuando, una vez agotada todas las instancias posibles de acuerdo, no se llega a ningún lado. Ahí es cuando se necesita de las mayorías, pero mi convicción de llegar a acuerdos está presente. Ser mayoría implica una responsabilidad muy grande y por ello queremos trabajar con este sentido de deferencia hacia las sensibilidades de las minorías, así que nos alejamos de esta caricatura de que queremos “pasar máquina”

¿Se ve en la arena política después de este cargo?

Me inicié en este proceso con un horizonte de muy corto plazo y la experiencia que tuve fue tan bonita que se me abrió un horizonte de vocación de servicio público. Deseo sentir vinculado de alguna manera al servicio público por Chile. Dónde y cómo tendré que verlo en su momento dadas las circunstancias porque ahora no estoy en condiciones de seguirlo.


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