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Por Equipo Futuro.cl
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El guitarrista y uno de los líderes de Los Bunkers, Mauricio Durán, relata la historia de la banda en su primer libro: “Canción para mañana”. Donde describe los orígenes de la amistad fraguada por los cinco integrantes del grupo penquista, para luego hacer un recorrido por la trayectoria de la banda.
En el relato, editado por el escritor chileno Alejandro Zambra, Durán narra lashistorias escondidas detrás de las canciones más conocidas del grupo que ha anunciadosu regreso a los escenarios para marzo de 2023.
El guitarrista y compositor de Los Bunkers, Mauricio Durán conversó con Palabras Sacan Palabras sobre su próximo libro.
¿Tu no estas aca?
Estoy acá en Santiago todo el día encerrado.
El regreso… ¿Cómo lo está viviendo?
Contentos por la respuesta de la gente, nos sentimos afortunados porque el público haya respondido así, dos Santa Laura, Conce, agotaron los boletos. Tenemos algunas presentaciones en México, allá se vende completo también. Estamos muy felices y afortunados.
¿Qué encontrará el público?
Yo creo que tenemos demasiadas ganas de tocar, es un show super energético. Tenemos un público nuevo, muchos adolescentes y gente que no nos vio tocar nunca, incluso niños. Sabemos que estarán en esos conciertos así que el show está pensado en ellos para que queden peinados para atrás.
Las generaciones de ustedes han tenido hijos… Se ha traspasado esta herencia… ¿Cuándo fue la última vez que los vimos?
En el estallido y antes no tocábamos hace 5 años. No tocábamos desde el 2014 así en forma. Compartimos eso de que nos sentimos como muy contentos por reencontrarnos con el público de siempre y con esta generación nueva nos tiene super motivados.
No sabía que eras periodista… El libro debió haber sido un desafío ¿Cómo fue ese trabajo?
Fue un proceso bien lento en sentido desde que se me ocurrió la idea. Me tomó mucho tiempo madurar la idea y decidir hacerlo. Armarme de valor y ánimo, pero yo siempre me he mantenido escribiendo. Además de escribir canciones, en México he tomado hasta cursos de literatura. Cuando regrese a méxico desde el estallido, a principios del 2020 fue como ya, lo tengo que escribir. Ver a mis compañeros cómo que me motivó, fue bonito el hecho de que haya participado Alejandro Zambra me hizo aprender mucho en el proceso. A pesar de tener un talento quizás, tenerlo a él como editor uno aprende demasiado, fue muy pedagógico y feliz de haber aprendido al hacer al libro. Me emociona aprender de los proyectos.
¿Tenía cercanía con la banda?
No, lo conocí justo en la pandemia, él vivía en México, habíamos intercambiado mails pero nunca lo había visto. Mi primera salida de la pandemia lo ocupe para salir a comprar un libro y cuando llegue a la casa me llegó de regalo un libro de él así que le escribí. Después de mucho tiempo le mostré que estaba escribiendo algo con mucho pudor y me dijo que estaba bueno.
¿Cómo es la historia detrás de las canciones? ¿Son anécdotas?
Hay de todo, cosas anecdóticas, cosas técnicas, otras más históricas con respecto al contexto que estábamos viviendo como grupo pero es un libro súper conectado con la emoción, ese es su principal valor. Era raro el libro porque hay como 3 yo. Como soy dupla con mi hermano, pasamos a ser los 2 y después hay un yo que somos nosotros 5. Hay un sentimiento más personal, colectivo y de pareja con mi hermano. Está conectado con lo que sentíamos cuando nos pasaba algo.
¿Cuanto tiene del viaje de la banda?
Mi idea era escoger canciones de la banda y escribir la historia de esa canción. Alejandro cuando lo leyó me dijo que el libro era más amplio de lo que yo imaginaba. Es como la banda hace este recorrido que parte en Concepción y que llegan a Estados Unidos, Es un recorrido con las canciones que van componiendo. Para algunas cosas llamaba a los chiquillos, hay temas que no necesariamente compuse yo, para eso llamé a Álvaro quizás y eso lo voy relatando yo. También llamé a gente que estaba trabajando con nosotros, como managers o ex pololas, amigos.
Ese detalle de la ex polola es relevante…
Hay canciones que estaban escritas para ella, o ella había engatillado la composición. Había cosas que se me iban y la llamaba. Tampoco fueran muchas pololas. Hay cosas que uno no se acuerda.