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Duró solo 44 días: Liz Truss renuncia como primera ministra de Reino Unido

Su dimisión marca el récord del mandato más corto de un jefe de gobierno en la historia británica. El rey Carlos III ya fue notificado.

Liz Truss 2022 Renuncia Getty Web
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Durante el transcurso de esta mañana, y tras distintas versiones sobre su futuro, además del reclamo de los Tories, Liz Truss concretó su renuncia como primera ministra de Reino Unido.

La autoridad realizó un punto de prensa en Downing Street para exponer los motivos de su dimisión. Además, Liz Truss que el rey Carlos III ya fue notificado de su salida, consigna ADN.

Truss señaló que asumió el cargo en un momento de «gran inestabilidad económica e internacional». Y que ahora no puede cumplir con el mandato para el que fue elegida.

La saliente primera ministra también indicó que ya se reunió con el presidente de The 1922 Committee, sir Graham Brady. Todo con el fin de realizar nuevas elecciones. Al igual que en el caso de su antecesor Boris Johnson, Liz Truss puntualizó que seguirá como primera ministra hasta que haya un sucesor.

Liz Truss y sus 44 días como primera ministra

Recordemos que Liz Truss consiguió en menos de dos meses tener a la mayoría de sus diputados en su contra. También recibió duras críticas desde el sector financiero y la opinión pública. Pese a su política de rebajar los impuestos, avaluada en más de 60 mil millones de euros. De hecho, su renuncia fue antecedida de las dimisiones de los ministros de Interior y Finanzas.

«Esto es un caos, y la mayoría de mis colegas están hartos. Tenemos que recuperar el control. Los adultos del partido, y todavía existen unos cuantos, deben reunirse en un cónclave papal durante las próximas horas y decidir entre ellos una coronación». Así lo dijo a la BBC el veterano diputado conservador Charles Walker.

Truss se hallaba en la cuerda floja. Todo desde el pasado 23 de septiembre. El momento en que presentó su plan fiscal, con una masiva bajada de impuestos. Esto habría sembrado el caos en los mercados y despertado la desconfianza en la economía británica.


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