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Sistema Eléctrico Nacional: ¿Con qué tipo de energía se alimenta Chile?

Se dispone un ambicioso plan para gestar un Chile mayoritariamente basado en energías limpias. ¿Se está logrando?

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Son diversas las energías que hay en nuestro país. Pero… ¿Con qué tipo de energía se alimenta Chile?

Meta al 2050: Al menos el 70% de la generación eléctrica nacional proviene de energías renovables”, establece una parte de la Política Energética Nacional, la cual dispone un ambicioso plan para gestar un Chile mayoritariamente basado en energías limpias.

El objetivo, que puede ser visto como algo lejano para otros países, cada vez se ve más cerca gracias a las sólidas políticas que ha establecido el Estado desde el año 2015.

¿Cuánto hemos avanzado hasta la fecha? La verdad es que bastante. Considerando que hace 11 años la capacidad instalada en base a energías renovables era de 540 MW, hoy podemos decir que esta se ha multiplicado 11 veces, llegando a 6.113 MW (24% del suministro nacional).

De igual forma, entre los tres sistemas principales que componen el suministro eléctrico, aún existen brechas muy grandes.

El SEN es el mejor posicionado

Para que todos los chilenos tengan acceso a la electricidad, Chile posee un robusto sistema de transmisión que abarca todo el territorio nacional. En cuanto a nuestra parte continental, este sistema se divide en tres: El Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el Sistema de Aysén (SEA) y el Sistema de Magallanes (SEM).

A pesar de tener capacidades instaladas notoriamente diferentes, la brecha existente entre estos sistemas en cuanto a energías renovables es muy grande, según datos de Generadoras de Chile.

En este sentido, el que está mejor posicionado es el SEN, el cual cuenta con una capacidad de 28.495 MW, la que cubre desde Arica hasta Chiloé. De ese total, el 53,3% corresponde a energías renovables (hidráulica, solar, eólica, biomasa y geotérmica), mientras que el 46,7% restante corresponde a otras fuentes (carbón, gas natural y petróleo).

La gran diferencia que radica entre este y los otros dos sistemas, es que al ser interconectado y cubrir una gran cantidad de territorio, tiene una mayor facilidad para distribuir energías renovables en zonas donde no existe la producción de ellas.

Siguiendo hacia el sur, el SEA hasta el momento cuenta con una capacidad instalada de 68 MW, de los cuales un 39% es generado por energías limpias como la hidráulica y la eólica. Sin embargo, el 62% aún se sigue generando en base a diésel.

Por último, el SEM es el que se encuentra peor posicionado, ya que el 98% de su capacidad (120 MW), se alimenta de gas natural y diésel, mientras que apenas el 2% proviene de energía eólica.

El desafío de gestionar más generación y transmisión

A pesar de que las cifras han mejorado bastante y que ya casi llegamos a la meta que estaba destinada para 2025 (llegar al 25% de capacidad en base a fuentes renovables); aún queda camino por recorrer, especialmente en las regiones con menos generación de energía limpia.

En este sentido, para seguir progresando el gobierno ha aumentado la cantidad de proyectos relacionados con las áreas de generación y transmisión; los cuales están encargados de generar más energías y trasladarlas por todo el país, respectivamente.

De hecho, este año entrarán en operación siete grandes proyectos de energía renovable que aportarán 730 MW al sistema eléctrico, siendo cuatro de ellos parques eólicos; dos centrales solares fotovoltaicas y un proyecto hidráulico, tal como informa Revista Electricidad.

Proyectos

No obstante, uno de los proyectos más importantes que se comenzará a gestar este año es el de la megalínea de transmisión Kimal – Lo Aguirre; la cual tendrá una vital importancia a la hora de habilitar la conexión a energías renovables desde Antofagasta hasta la Región Metropolitana.

Quien se adjudicó la licitación para desarrollarla fue Consorcio Yallique; conformado por Transelec, ISA Inversiones Chile y China Southern Power Grid International (CSGI), quienes ofertaron US $116,3 millones para obtenerla.

“Entendemos la urgencia de avanzar en esta obra, a través de la cual reafirmamos como consorcio nuestro compromiso con la descarbonización y el desarrollo energético a largo plazo, siempre cuidando el medio ambiente y respetando a las comunidades cercanas al proyecto”, explicó Andrés Kuhlman, gerente general de Transelec, a Diario Financiero en diciembre pasado.

¿Qué sigue ahora? Tras esta adjudicación por parte de Yallique, comenzará todo el proceso de tramitación de permisos ambientales y sectorial, lo cual podría tomar cerca de 3 años. Tras ello, su construcción duraría 4 años y medio, pudiendo entrar en servicio a fines de esta década.


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