ENTREVISTAS

Hernán Rivera Letelier: «Soy pesimista (…) creo que los ricos van a meter la cola en la Constitución»

"De las presidenciales, no me decido por nadie. Hay que escucharlos más y verlos más", asegura el literato chileno.

Hernan Rivera Letelier
Agencia Uno

Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con el literato chileno Hernán Rivera Letelier.

El único detective privado de la ciudad de Antofagasta se enfrenta ahora a su caso más personal e íntimo: después de descubrir en La Habana sus verdaderos sentimientos hacia la Hermana Tegualda, alguien decide vengarse, y la secuestra. El Tira, como se llama el personaje, comienza una angustiosa marcha a través de su ciudad natal, a la siga de su flamante enamorada, tras las pistas y trampas que le dejan mediante enigmáticas cartas. Una marcha desesperada que nos lleva al corazón de uno de los personajes más entrañables del gran escritor de la pampa. Una novela palpitante, cargada de sensualidad y misterio. Hoy hablaremos de “El secuestro de la hermana Tegualda” del autor nacional Hernán Rivera Letelier.

Sobre el libro

“Este libro lo escribí antes de la pandemia, cuando llegó la pandemia ya estaba listo y se atrasó su publicación. Pero en la pandemia escribí 3 libros más. Están en el cajón esperando una corrección, una pulida. Yo acostumbraba a escribir una 6 horas diarias, pero en la pandemia a las 6 de la mañana estaba frente al computador y me paraba a la medianoche, por eso escribí 3 novelas”, señala Hernán Rivera Letelier.

Sus visitas a Cuba

“La Habana y Cuba me encantan, he ido como 11 veces. En La Habana me inspiro de manera increíble. Hay un olorcito como a ron, a baile, a guitarra. Eso me inspira a escribir”, cuenta el escritor.

Hernán Rivera Letelier y sus problemas de salud

“En el último viaje que hice en agosto de 2019 iba con un dolorcito en el pecho. En el avión estalló y era un infarto. Me hospitalizaron en La Habana, estuve 20 días en el hospital, casi me muero. No vi la luz en el tunel, pero le vi el culo al diablo. Este fue el segundo infarto. En el primero estuve 7 u 8 días. Me operaron y se supone que quedé bien. Me dieron de alta el domingo y al día siguiente me levanto y me viene el segundo infarto. Me vino como un terremoto por dentro, empecé a caer, se me apagó la tele. Estuve en una pieza botado. Al despertar me tuve que arrastrar al teléfono para llamar a la enfermera. Pienso que estuve muerto, pero volví del más allá”, revela el autor.

“Todo lo que estoy viviendo ahora es yapa y no me hago problemas por nada. La quiero pasar bien con mi familia. Desde niño, cuando tenía 9 años, y perdí a mi madre, no le tenía miedo a la muerte ni pensaba en la muerte. Quedé cara a cara con la muerte, indefenso con la muerte. Sentí eso por mucho tiempo, pero en Cuba descubrí que no le temía a la muerte, sino que le tenía rabia”, agrega.

Dejar cosas por hacer

“El hecho de dejar tantas cosas por hacer, tantos sueños por cumplir, amores por recibir y dar, no ver más un amanecer, no escuchar nunca más las canciones de Mon Laferte que me encantan. Todo eso me da rabia. La Mon Laferte va mucho más allá de la ranchera. Es una genio. Su música es increíble con una voz inigualable, creo que es la mejor cantante del mundo. Estoy inmerso con la Mon, no escucho a nadie más. Mis hijas y nietas me retan”, confiesa Hernpan Rivera Letelier.

Las consecuencias del Parkinson

“Estoy empezando a sufrir las consecuencias del parkinson, me está afectando el hablamiento, los movimientos, el equilibrio, en fin. Me cuesta escribir a máquina, porque los dedos se mueven solos y marcan letras nada que ver. Pero lo tomo hasta con humor, porque si caigo en la desesperación, en el hoyo de la depresión, estoy frito. Yo digo si recibir muy contento el don de escribir, por qué no puedo aceptar esta enfermedad. Al principio decía ‘¿por qué a mí?’ y después me dijeron y por qué no a mí. Hay una operación que es complicada y más cara que la cresta, como 40 palos. Le abren el cerebro y le instalan un chip. Si fallan en un milímetro, adiós Hernán Rivera Letelier. Es como la broca de los mineros, si se equivocaba, adiós los mineros”, lamenta.

Artistas a la deriva en pandemia

“Los artistas en general, con la pandemia hemos pasado las de Kiko y Kako. Porque no entra plata por ningún lado. Estamos sacando el ahorro y no entra nada. Es complicado. Estaba juntando plata para la operación y me la he gastado casi toda ya”, indica el literato.

El proceso constituyente

“Tengo desconfianza del proceso constituyente y lo que se viene, desconfianza en que los millonarios los que mandan este país, que pagan para que hagan las leyes a su antojo, eso pienso que van a meter la cola en la Constitución para hacerla a su medida otra vez. Ojala que no pase, pero soy un pesimista”, afirma Hernán Rivera Letelier.

Elecciones presidenciales

“De las presidenciales, no me decido por nadie. Hay que escucharlos más y verlos más”, asegura.

Paneles solares en el desierto

“Sobre los paneles solares en el desierto, a la vista se está echando a perder el paisaje del desierto en aras del progreso. El progreso sin compasión. Cuando hacen esto no tiene la compasión por la naturaleza”, concluye Hernán Rivera Letelier.


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