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La historia de la joven que reparte alimento a madres adolescentes de La Pintana

A los ocho años Scarlette Sepúlveda aprendió a manejar el camión verdulero de su familia y hoy con 20 años y un hija de tres, reparte a sus compañeras, también madres adolescentes, el alimento recaudado en la campaña “Por ellas, mujeres que hacen la diferencia” de Fundación Soymás. Recorre casa por casa entregando insumos a jóvenes madres que lo necesitan.

A los ocho años Scarlette Sepúlveda aprendió a manejar el camión verdulero de su familia y hoy con 20 años y un hija de tres, reparte a sus compañeras, también madres adolescentes, el alimento recaudado en la campaña “Por ellas, mujeres que hacen la diferencia” de Fundación Soymás. Recorre casa por casa entregando insumos a jóvenes madres que lo necesitan.

Son las 11:00 am del día número 140 desde que se anunció el inicio de la primera cuarentena en Santiago. Scarlette Sepúlveda junto a su pareja están a punto de partir desde la sede de Fundación Soymás -organización que trabaja hace tres años mejorando la calidad de vida de madres adolescentes de La Pintana- a repartir la tercera entrega de frutas a sus 60 compañeras de generación. 

“Me gusta mucho poder ayudar a mis compañeras de Soymás, hay algunas que realmente lo necesitan, que están solas con sus hijos, que no tienen apoyo, sobre todo a las extranjeras les ha costado mucho más. Igual es esforzado, anoche mismo, me quedé hasta las cinco de la mañana haciendo las bolsas. Y hoy día me levanté a las ocho, pero como no habíamos podido abrir la verdulería, esto ha sido fundamental”, cuenta Scarlette. 

Producto de la pandemia, en el 73% de los hogares de la comunidad Soymás, que contempla alumnas y ex alumnas, se perdió la fuente laboral, por lo que no podían cubrir necesidades básicas como su alimentación; situación que movilizó rápidamente una campaña que fuera en ayuda de más de 100 madres adolescentes. En sólo unas semanas con la consigna, “Por ellas, mujeres que hacen la diferencia”, se lograron recaudar becas de alimentación de seis meses para cada estudiante y ex estudiante de la fundación, todas jóvenes madres que tienen entre 15 y 22 años y que viven en condición de vulnerabilidad. Scarlette Sepúlveda junto a su familia se hicieron cargo de la repartición de los insumos. 

“Nos dimos cuenta que la mejor manera de generar un apoyo completo a nuestra comunidad, era aliarnos con una negocio familiar de La Pintana, como lo es el de la familia de Scarlette, alumna de nuestra fundación, para que ellos se encargaran de repartir casa por casa las verduras a todas las estudiantes, así apoyamos el comercio local, además de evitar que ellas tuvieran que salir de sus casas”, comenta Bárbara Etcheberry, Directora Ejecutiva de Fundación Soymás. 

Scarlette, actualmente se encuentra terminando sus estudios de III y IVº medio en la fundación y es parte del taller de oficios de Peluquería. La verdulería que tienen en casa siempre estuvo a cargo de su madre, quien hoy está imposibilitada de atender su pequeño negocio debido a que fue diagnosticada con Covid-19 y además presenta úlceras en sus piernas que le impiden desplazarse con normalidad, por lo que Scarlette se hace cargo 100% del negocio y por ende de repartir el alimento a sus compañeras de Soymás.

 

“A mi siempre me ha gustado trabajar en la verdulería o la calle, como se le dice “al grito”, andar con un micrófono gritando y uno atrás va atendiendo. Esto empezó de chica, porque mi papá y mi mamá trabajaban en la feria. Después mis papás se separaron y ahí tuve la obligación de aprender a manejar. Ahora mi mamá está enferma y ya no puede trabajar, por lo que con mi pareja nos hacemos cargo de la verdulería”, agrega. 

Aunque afirma que es un trabajo agotador y que la noche anterior durmió poco, Scarlette no deja de sonreír y de saludar con entusiasmo cada vez que llega a la casa de una de sus compañeras. En medio de la jornada de repartición, les entrega un mensaje esperanzador:  “Con todo lo que hemos pasado, con la pandemia, todo, les diría que igual sigan estudiando, que se esfuercen, que se puedan conectar a las clases. Aunque a mi igual me ha costado conectarme, pero que no tengan ‘peros’ para seguir estudiando y que logremos nuestros sueños”, finaliza. 


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