ENTREVISTAS

Vecina de Bajos de Mena: «El coronavirus no nos va a quitar la memoria», a las autoridades «les importamos un carajo»

“La política te termina cambiando la mentalidad, haciendo olvidar la necesidad de las personas”, dice Melyna Montes. "Ellos hasta para salir y pasearse tienen poder", agrega.

Melyna Montes

“La política te termina cambiando la mentalidad, haciendo olvidar la necesidad de las personas”, dice Melyna Montes. «Ellos hasta para salir y pasearse tienen poder», agrega.

Hoy en Palabra Que Es Noticia conversamos con Melyna Montes, vecina de Bajos de Mena en Puente Alto, coordinadora de 28 ollas comunes y reportera del canal comunitario La Vitrina TV. Asegura sentir “rabia y dolor”, porque “nosotros los más desposeídos no estábamos en el plan de las autoridades, no pensaban en las personas que viven de la feria y trabajos informales”.

Cuenta que en el sector que habita “hemos tenido chicos que andan robando en las villas” y “lo más lamentable es cuando carabineros pilla a estos jóvenes y ven que es gente de acá mismo, de nuestras propias villas, que por necesidad salen a robarnos”. “Para una madre es estresante no tener pañales y tener que usar ropa para ponerle en el potito a sus hijos”, agrega.

A la luz del estallido social de octubre, Melyna dice que “el coronavirus nos puede quitar la vida, pero a los que quedemos vivos no nos va a quitar la memoria. Esta revuelta se va a armar mucho más fuerte porque pucha que nos han faltado el respeto. Que contabilicen a un familiar muerto como mejorado es una falta al dolor propio de las familias”. “La olla a presión sigue ardiendo, se junta todo este dolor y toda esta pena, y cuando pase esta pandemia va a volver a explotar porque pucha que nos han pisoteado”. “Autoridades nos han demostrado que les importamos un carajo”, confiesa.

Según analiza la vecina de Bajos de Mena, “la política te termina cambiando la mentalidad, haciendo olvidar la necesidad de las personas y no me siento representada por ningún partido porque son muchas cosas las que nos separan. Ellos tienen un mundo aparte, regalías aparte, no nos sentimos representados por ningún político”.

Continúa: “La pobreza es sinónimo de angustia y pena. ¿Creen que una persona está tranquila craneando qué le doy a mis hijos de comer mañana? La pobreza es una angustia inmensa que se vive día a día, no es un sentimiento que se va a tranquilizar con cajas de mercadería porque no sabemos cuándo esto va a parar. ¿Cómo poder entender lo que es la pobreza cuando se está echadito para atrás? Ellos hasta para salir y pasearse tienen poder”.


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