ENTREVISTAS

Vesania, trabajadora sexual: “El patriarcado quiere putas, pero quiere pagarnos poco”

“Si ahora estamos viendo que los pacos violan y matan, a nosotras nos han violado y nos han matado desde toda la existencia”, agregó.

“Si ahora estamos viendo que los pacos violan y matan, a nosotras nos han violado y nos han matado desde toda la existencia”, agregó.

Hoy en Palabras Sacan Palabras conversamos con Vesania, trabajadora sexual, sobre la realidad que vive su gremio y cómo se ha agravado con esta pandemia. Nos explica que ha intentado incrementar sus ingresos por internet “con pornografía amateur”, pero el asunto está complicado porque “no tenemos ningún sistema de previsión ni seguridad social”. “Muchas trabajamos independientes, pocas contradas”, cuenta.

Por este cambio de plataforma, explica que hay público para todo: “Hay un público que disfruta del sexo virtual, que no busca un encuentro físico. Y son muy distintos al cliente que está acostumbrado a pagar por sexo real. Hay muchos clientes que no le encuentran sentido a comprar pornografía”.

Nos habló un poco sobre su historia personal, y sobre cómo logró desligarse de trabas que asegura “no tenían que ver con el trabajo”. “Fui educada por una familia cristiana, y tuve que cortar mi relación con el cristianismo y dejar atrás todos esos valores que me hicieron sentir mucho malestar y culpa conmigo misma. Me sentía sucia, pero el sexo en sí es lo que menos me causaba incomodidad con mi pega”. “Había una sensación de hueás muy negativas que finalmente me di cuenta de que era por mi propio moralismo”, agrega.

Vesania nos dice que “no existe un solo motivo por el cual una persona entra al trabajo sexual”, por lo que no se debe generalizar. Confiesa que en su caso “no es que yo haya soñado desde chica con ser trabajadora sexual, sino que para mí -que soy actriz de profesión, y siempre me he desempeñado en las artes escénicas- no me gustan los trabajos que me ofrecen mis áreas. No me alcanza a vivir con eso, y entre tener que trabajar en muchos lugares, muchas horas de mi vida en preocuparme cómo subsistir, prefiero ocupar menos tiempo en hacer algo que para mí tiene la misma carga que hacer una ficción. Ya sea video o una cita real, lo que hago al tener sexo de manera comercial es una representación. Yo no tengo el mismo sexo con mis parejas o amigos que con los clientes o clientas”.

Asegura que “las trabajadoras sexuales no son una prioridad para el país”, y que por lo mismo la idea es “preparar a la sociedad y demostrarle a la gente que este trabajo puede ser tan digno como cualquier otro”. Aclara: “No es lo mejor que hay, no queremos romantizarlo ni hacerle propaganda para que todos se hagan trabajadores sexuales, pero sí respetar a las personas que voluntariamente y siendo adultas hemos decidido llevar esta vida”.
Vesania profundiza sobre lo anterior: “Si ahora estamos viendo que los pacos violan y matan, a nosotras nos han violado y nos han matado desde toda la existencia. Entonces para mí no sólo es importante apuntar con el dedo a los políticos, sino que también al doble estándar de la población en general. ¿De dónde salen nuestros clientes? En su mayoría son hombres heterosexuales que tienen familia y que no valoran el trabajo sexual como un trabajo. Entonces el comercio sexual, actualmente controlado por hombres, tiene directo contacto con gente con posiciones de poder, con las fuerzas armadas y todo eso”.

“Estamos claros que el patriarcado quiere putas, pero quiere pagarnos poco, quiere que estemos en pésimas condiciones y enfocadas en satisfacerlos a ellos, pero no quieren valorarnos como trabajadoras ni darnos nuestros derechos”. “Lo único que queremos al regularizar nuestra situación es quitarle el poder a ellos, porque ellos son los únicos que tienen poder para controlar nuestro negocio”, remató.


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