Este trastorno aumenta con la llegada de la Navidad y la celebración de Año Nuevo.
Durante la época de Navidad y fin de año las empresas aprovechan para hacer cenas con sus empleados, los amigos planifican reuniones y se hacen comidas familiares. Debido a estos compromisos, hay gente que sufre el síndrome cardíaco de las festividades.
Es un término que se comenzó a utilizar en 1978 para describir el aumento repentino de pacientes en salas de emergencia durante las festividades, quejándose de ritmos cardíacos irregulares conocidos como fibrilación auricular.
Se debe tener en cuenta que la fibrilación auricular ocurre cuando el latido está irregular o acelerado en el pecho. A este síntoma se le suman el cansancio, el problema para respirar, el dolor en el pecho y posibles mareos.
Según el cardiólogo Kevin Campbell, el alcohol puede ocasionar un «cortocircuito» en el sistema eléctrico del corazón, cambiar los niveles de electrolitos (o sales) en la sangre y aumentar la liberación de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. De ahí que el riesgo de la fibrilación auricular incremente.
Si se agregan los factores estresantes típicos de las fiestas y la falta de sueño adecuado, la combinación puede ser una «tormenta perfecta», indican los expertos, recoge CNN.
Para prevenir el síndrome cardíaco de las festividades recomiendan estar consciente de la cantidad de alcohol que se consume durante cada evento y mantenerse bien hidratado. El alcohol es muy deshidratante, al igual que muchos de los alimentos salados que a menudo se sirven para comer.
«La prevención implica moderación en el alcohol y la alimentación», dijo Campbell. Hacer mucho ejercicio, dormir lo suficiente y tratar de evitar grandes discusiones familiares hasta después de las vacaciones para minimizar el estrés, son otras de las recomendaciones.