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Guerra psicológica, disparos y hasta 178 bofetadas: 14 grandes rivalidades del cine

De 'Rebeca' a 'Kill Bill', la pantalla grande ha dejado claro que nada nos atrae más que una enemistad bien rodada, interpretada y resuelta.

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De ‘Rebeca’ a ‘Kill Bill’, la pantalla grande ha dejado claro que nada nos atrae más que una enemistad bien rodada, interpretada y resuelta.

Por ElPais.com

«Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor». El mérito de la frase es de Mae West y puede aplicarse también a los grandes personajes cinematográficos y a sus relaciones: cuanta más tensión, odio reconcentrado y grandes escenas de confrontación, más posibilidades de pasar a la historia. Aquí hemos repasado las 14 rivalidades más intensas y memorables, a los intérpretes que les dieron vida y a cómo terminó aquello.

– ‘Rebeca’: la psicología cómo arma

Quiénes. La segunda señora de Winter y la Señora Danvers

La rivalidad. A la segunda señora de Winter (interpretada por Joan Fontaine, Japón, 1917; Estados Unidos, 2013) no le bastaba con enfrentarse al recuerdo de la primera esposa de su marido: también tenía que lidiar con la señora Danvers (Judith Anderson, Australia 1897; Estados Unidos, 1992), más que el ama de llaves de la mansión, un Hal 9000 con el disco duro rebosante de hostilidad. Atormentada por haber perdido al objeto de su devoción —tiene el dudoso honor de ser la primera lesbiana malvada de la historia del cine; luego llegarían Rosa Klebb con sus zapatos puntiagudos para trinchar a James Bond y Sharon Stone con su picahielos— protegía celosamente los recuerdos de Rebeca, cuya habitación seguía manteniendo como el día de su muerte, y se arrastraba por la casa como un espectro, espiando y acechando a la recién llegada. La señora Danvers no estaba dispuesta a permitir que aquella advenediza pusilánime usurpase el lugar de su adorada Rebeca y si para ello tenía que minarla moralmente hasta hacerla perder la razón, lo haría, y si tenía que reducir a cenizas Manderley también, aunque eso le costase su propia vida.

– ‘El buscavidas’: lucha a muerte en los billares

Quiénes. Eddie Felson y El Gordo de Minessotta.

La rivalidad Eddie El Rápido (Paul Newman, Estados Unidos, 1925-2008) está a punto de certificar su primera victoria frente a El Gordo de Minessotta (Jackie Gleason, Estados Unidos, 1916-1987), una leyenda del billar y su Moby Dick particular. Ambos se han pasado 25 horas girando alrededor de la mesa, están exhaustos, sudorosos y borrachos, casi es imposible diferenciar al vencedor del vencido, solo el brillo impertinente de los ojos de Eddie (Newman) nos indica que es el ganador, o eso cree él. A pesar de las advertencias de sus amigos no quiere dejar de jugar, quiere ganar una partida más, sabe que este ha sido el mejor día de una vida jalonada de fracasos. El Gordo acepta la revancha, se atusa frente al espejo y cuando se gira ya no hay cansancio en su rostro, está tan fresco como la flor que luce en su ojal. Se espolvorea las manos con talco y barre a Eddie, que en ese momento es consciente de que El Gordo ha usado con él el mismo truco con el que él se ha llenado los bolsillos tantas noches, pero está tan borracho que no puede ni levantarse, solo caer desmayado al lado de la mesa. Ha vuelto a perder, otra vez no ha sabido identificar a su peor enemigo que no es El Gordo sino él mismo.

25 años después, Scorsese rescató a Eddie en El color del dinero, convirtiéndole en el mentor de otro joven tan talentoso y petulante como había sido él, Vincent Lauria, interpretado por Tom Cruise. No fue la mejor película de ninguno de los tres, pero sirvió para que Newman recibiera ese Oscar que tantas veces le había esquivado.

– ‘Election’: la repelenta «niña vicenta»

Quiénes. Jim McAllister y Tracy Flick.

La rivalidad. En 2015, The New York Times le hizo a sus lectores una pregunta controvertida: “Si pudieras viajar en el tiempo y matar a Hitler cuando era un bebé, ¿lo harías?”. Ante un dilema similar, a escala doméstica, se encuentra Jim McAllister (interpretado por Matthew Broderick, Estados Unidos, 1962), un diligente, pero anodino profesor de instituto cuando se cruza con la aplicada y angelical Tracy Flick (Reese Witherspoon, Estados Unidos, 1976). Consciente de que Flick es una psicópata potencial capaz de laminar a quien se interponga en el camino hacia un éxito al que cree estar destinada y sabiendo que su ambición sin escrúpulos la llevará a llegar a lo más alto de la escala social, tratará por todos los medios de detenerla renunciando incluso a sus principios morales. Lo único que conseguirá será perder su trabajo, su matrimonio y su dignidad.

– ‘¿Qué fue de Baby Jane?’: el odio más famoso de la historia del cine

Quiénes. Baby Jane y Blanche Hudson.

La rivalidad: Cuando Baby Jane (Bette Davis, Estados Unidos, 1908-Francia, 1989) le dice a su hermana Blanche (Joan Crawford, Estados Unidos 1905-1977) que va a limpiar su jaula, no se refiere solo al habitáculo de su querido pajarito: también le está recordando que a) la propia Blanche es un pequeño y desvalido animal enjaulado, y b) ella es su carcelera, pero también la que se sacrifica para satisfacer sus necesidades básicas. Al menos hasta que un día Baby Jane abre la puerta de la jaula, pero no para dejar al ave volar en libertad, sino para cocinárselo a su hermana como plato único. No será la única lindeza gastronómica a la que se enfrente la discapacitada. Ni la única humillación a la que la someta su hermana. Tras décadas encerradas en una mansión en decadencia, las dos estrellas olvidadas se han sumergido en un juego de codependencia insana en el que los celos, el rencor, la amargura y el alcohol han pervertido las reglas. Una relación enfermiza que, si hacemos caso a Feud, la serie de Ryan Murphy sobre el rodaje de esta película, fue todavía más horrible detrás de las cámaras.

– ‘Amadeus’: el sacrificio laboral contra el talento natural

Quiénes. Mozart y Salieri.

La rivalidad. Salieri (interpretado por F. Murray Abraham Estados Unidos, 1939) ha hecho un pacto con Dios: será casto a cambio de talento creador, trabajará sin descanso y ninguna pasión mundana le distraerá, vivirá por y para la música, como un soldado espartano que en lugar de espadas manejara pentagramas. Dios cumpliría su parte del trato, pero en la letra pequeña del contrato no se había especificado que habría otros que también recibirían ese don y además sin ninguna contrapartida. El Salieri de Amadeus funciona como un Cristiano Ronaldo del siglo XVIII: es talentoso, brilla, destaca en la corte de Salzburgo, pero tras cada una de sus notas percibimos el esfuerzo de toda su vida. Por eso su mundo se desmorona con la llegada del Messi Mozart, un genio innato del que surge de manera natural lo que Salieri ha ensayado durante horas, días y semanas. Saliere admira y envidia a un Mozart que una y otra vez se burla de él como el niño irreverente que es. Al final uno morirá pobre, pero gozará de la gloria eterna, el otro recibirá honores en su funeral, pero la historia sólo le recordará como el envidioso antagonista de un genio, o peor aún, como su asesino, como el mismo Salieri confiesa en la película. Tanto ha cristalizado esa idea en la mente de los espectadores que los vecinos del pueblo natal de Salieri, Legnago, se tomaron bastante mal esta película de Milos Forman. «La película es bella, pero no es Salieri el que asesinó a Mozart, sino Forman el que asesinó a Salieri».

– ‘El nombre de la rosa’: el duelo intelectual

Quiénes. Guillermo de Baskerville y Jorge de Burgos.

La rivalidad. A Umberto Eco, autor de la novela El nombre de la rosa, no le gustaba demasiado Sean Connery (Escocia, 1930) como Guillermo de Baskerville. Prefería a Robert de Niro, pero este solo estaba dispuesto a aceptar el papel si se incluía un duelo a espada que resultaba absolutamente innecesario, porque las únicas armas que el franciscano necesita para combatir a su adversario Jorge de Burgos (Feodor Chaliapin, Rusia, 1905-Italia, 1992) son la lógica y la ciencia. El monje enjuto, de piel casi transparente y mirada ciega, es un fanático capaz de asesinar a quien se oponga a su visión religiosa, que se apoya en la ignorancia y la superstición para ocultar sus crímenes. Pero la llegada de Baskerville pondrá en evidencia que la investigación científica es la única manera de combatir el oscurantismo. Todo desemboca en un la ristra de muertes y la abadía reducida a cenizas.

– ‘Muertos de risa’: humoristas en guerra

Quiénes. Nino y Bruno.

La rivalidad. Lo primero que sabemos de Nino (interpretado por Santiago Segura, Madrid, 1965) y Bruno (El Gran Wyoming, Madrid, 1955) es que no se soportan: se odian tanto que terminarán con sus vidas disparándose durante la grabación de un programa de Nochevieja. Lo siguiente que nos cuenta Álex de la Iglesia, director de la película, es que a lo largo de sus carreras no han sido nada el uno sin el otro y también que matarse no es lo más cruel que se han hecho en la vida. Ambos se han creído imprescindibles, la estrella del dúo, pero a la vez han sido conscientes de que no tenían ningún futuro en solitario. Nino no tiene que esforzarse para lograr las risas del público, Bruno trabaja las bromas sin descanso. Mientras Bruno lleva la voz cantante, Nino es sólo el payaso tonto, una dinámica que les hará entrar en una espiral de envidia y desconfianza que se percibe en cada actuación. Pero cuanto más grotesca es la humillación de Bruno a Nino y más resuenan las bofetadas que le propina, –178 a lo largo del rodaje, Santiago Segura se molestó en contarlas–, más se divierte el público. Y ellos están dispuestos a todo por una carcajada.

– ‘El caballero oscuro’: la rivalidad esteta

Quiénes. Batman y Joker.

La rivalidad. “La locura, como tú sabes, es como la gravedad. Basta con un empujoncito”, le dice el Joker (interpretado por Heath Ledger, Australia, 1979; Estados Unidos, 2008) a Batman (Christian Bale, Reino Unido, 1974) y él sabe bien de qué va eso de la locura, ambos lo saben. El Joker es un psicópata carismático, un asesino amante del caos; Batman, una colección de desórdenes psicológicos obvios: estrés postraumático, doble personalidad, depresión profunda… “Ven a verme, yo pondré el vino, tú trae tu psique atormentada», le dice la psicóloga Vicky Bale en Batman Forever, dejando claro que el murciélago justiciero necesita tanto un poco de amor como tratamiento psicológico.

En El caballero oscuro, el Joker trata de enfrentar a Batman consigo mismo. Para ello le amenaza con matar a ciudadanos de Gotham hasta que revele su identidad. Esa promesa le llevará a asesinar a Rachel, la gran amiga de Batman y una de las únicas personas que conocen su verdadero rostro. El Joker no quiere que Batman muera, le necesita, lo considera “divertido”. Su principal objetivo es cortar el fino hilo que une a su archienemigo con la cordura y Batman trata desesperadamente de detener al Joker. Pero tendrá que hacerlo sin matarlo porque ese es el principal objetivo del psicópata, que el enmascarado sea igual a él, que abandone sus principios morales. Y el día que lo haga habrá perdido definitivamente la partida.

– ‘Chicas malas’: el instituto, ese polvorín

Quiénes. Cady Heron y Regina George.

La rivalidad. Georgina (interpretada por Rachel McAdams -Canadá, 1978-) es la Abeja Reina de su instituto y ejerce su liderazgo de manera despótica tanto con alumnos como con profesores e incluso con su propio séquito. Cuando Cady (Lindsay Lohan -Nueva York, 1986-) se muda a Los Ángeles y se integra en el instituto tras doce años en África comprende que las reglas que rigen ese entorno se parecen más a la selva de lo que imaginaba. Y de las costumbres de adolescente californianos sabe poco, pero sí sabe cómo luchar con las reglas de la jungla. Para derrocar a Regina destroza los bastante superficiales pilares de su reinado: su aspecto físico y su reputación; y le roba a su novio perfecto y sus secuaces alienadas. Lo que no esperaba Cady es que ese proceso que empezó como un juego de instituto la acabaría convirtiendo en el mismo monstruo que era Regina George.

– ‘Kill Bill’: ropa amarilla y ultraviolencia

Quiénes. Kill Bill y Beatrix Kiddo.

La rivalidad. Beatrix Kiddo (interpretada por Uma Thurman -Estados Unidos, 1970-) yace ensangrentada en el suelo de una capilla de mala muerte: ha sobrevivido milagrosamente a una matanza de la que era el principal objetivo. Bill (David Carradine -Estados Unidos, 1936-Tailandia, 2009-), su mentor, su amante y el padre del bebé que había en su vientre, ha orquestado el asalto para vengarse de su abandono. Pero el plan no ha salido exactamente como Bill había previsto y Beatrix Kiddo sobrevive. Ahora será ella la que se vengue y será implacable: recorrerá el mundo entero hasta acabar con todos y Bill será el último para que pueda sentir su aliento. Uno a uno van cayendo sus secuaces hasta que por fin Beatrix y Bill se encuentran frente a frente. Los Cinco Golpes Para Parar el Corazón de un Hombre, con los que ella pone fin a su vida, no son tan devastadores como darse cuenta de que ella le había guardado un secreto más: es más poderosa que él.

– ‘La muerte os sienta tan bien’: Bruce Willis, ¿yo soy guapa?

Quién: Madeleine Ashton y Helen Sharp.

La rivalidad: Madeline Ashton (Meryl Streep -Estados Unidos, 1949-) y Helen Sharp (Goldie Hawn -Estados Unidos, 1945-) se han pasado la vida aborreciéndose amistosamente, como esas amigas que se besan sin rozarse las mejillas y se despellejan antes de que el eco de ese beso se apague.

Madeleine ha boicoteado siempre la vida sentimental de su amiga, robándole todos sus novios desde el instituto, pero el último golpe ha sido casi letal: casarse con su prometido. Deprimida, desahuciada, obesa mórbida e internada en un psiquiátrico, Helen planeará una venganza que acabará con las dos convertidas en zombis descascarillados y, lo peor, en inseparables y conscientes de ello. Han pasado la vida tratando de destruirse y tendrán que pasar su no vida reconstruyéndose: “Tenemos que cuidarnos la una a la otra: yo te pinto el culo y tu pintas el mío”. ¿Acaso hay mejor definición del amor?

– ‘Ben-Hur’: enemigos como los de antes

Quiénes. Ben-Hur y Messalla.

La rivalidad: El judío Ben-Hur (interpretado por Charlton Heston -Estados Unidos, 1923-2008-) y el romano Massala (Stephen Boyd -Reino Unido, 1931-Estados Unidos, 1977-) han sido buenos amigos en la infancia –o mucho más que eso si consideramos las palabras de su guionista Gore Vidal, que en el documental sobre la presencia de personajes homosexuales en la historia del cine El celuloide oculto afirmó que había concebido la historia como si se tratasen de dos amantes– pero las turbulencias políticas han hecho que todo cambie. Ahora Messala y Ben-Hur son enemigos, el tribuno romano ha condenado a su antiguo amigo a galeras, le ha confiscado sus bienes y ha provocado la muerte de su madre y su hermana tras encerrarlas en una cueva de leprosos. El judío jura venganza y esta se llevará a cabo ante los ojos del mundo. O lo que viene a ser lo mismo en la Roma del siglo I: en el circo. Se enfrentarán en una carrera de cuádrigas.

Los caballos de Messala son negros y los de Ben-Hur blancos, las ruedas de sus cuádrigas vuelan en paralelo, ambos van en cabeza, cualquier pequeño contratiempo puede alterar la carrera. Messala vuelve su látigo contra Ben-Hur y lo azota, los látigos se enzarzan, las ruedas chocan y la cuádriga de Messala revienta en mil pedazos. Messala cae al suelo y es arrollado por el resto de los contendientes. Ben-Hur entra victorioso en la meta mientras Messala yace moribundo en el suelo. Le quedan minutos de vida, pero son suficientes para revelarle a su enemigo mortal que su madre y su hermana están vivas, pero ya es demasiado tarde, la lepra las ha destruido.

– ‘El séptimo sello’: la única enemiga invencible

Quiénes. Antonius Block y La Muerte.

La rivalidad. Al volver a su país tras luchar en las Cruzadas, Antonius Block (interpretado por Max Von Sydow -Suecia, 1929-) le propone un trato a La Muerte (Bengt Ekerot -Suecia, 1920-1971-): jugaran una partida de ajedrez. Si gana él le dejará tiempo para encontrar un sentido a su vida; si gana ella, se lo llevará con ella. La Muerte es una jugadora avezada y Block lo sabe, lo que no sabe es que ella está dispuesta a hacer trampas para llevarse su botín. Los movimientos de Block le darán tiempo suficiente para reunirse con su esposa y comprobar los efectos que la peste, la miseria y la superstición han causado en su pueblo. Pero finalmente La Muerte realiza su última jugada: el rey cae. Block también, no sin antes escuchar las palabras de su imponente rival: “Hubieras gozado más de la vida despreocupándote de la eternidad, pero es demasiado tarde. En este último instante, goza al menos del prodigio de vivir en la verdad tangible antes de caer en la nada”.

– ‘Atrápame si puedes’: el odio según Spielberg

Quiénes. Frank Abagnale Jr. y Carl Hanratty.

La rivalidad. Suena el teléfono en el cuartel general del FBI, es Nochebuena y las oficinas están casi vacías; casi, porque el agente Carl Hanratty (interpretado por Tom Hanks -Estados Unidos, 1956-) permanece sentado en su mesa: el experto en fraudes económicos ha sacrificado su vida por su trabajo y no hay ninguna familia esperando en casa para vivir esa noche especial. Tampoco hay nadie esperando a Frank Abagnale Jr. (Leonardo DiCaprio -Estados Unidos, 1974-), la voz al otro lado del teléfono, un adolescente de 19 años que lleva dos viviendo como un fugitivo, haciéndose pasar por piloto, médico y abogado y volviendo loco a todo el FBI con el agente Hanratty a la cabeza. Pero a pesar de ello el agente no le odia, a pesar de las burlas privadas y las humillaciones públicas a las que le somete Frank, siente cierta admiración por él, de la misma manera que el adolescente siente respeto por la rectitud y el tesón del agente. Por eso cuando el torturado Coyote caza por fin al Correcaminos en lugar de limitarse a ponerlo a la sombra durante el resto de su vida le ofrece un puesto de trabajo a su lado. ¿Difícil de creer? Pues es una historia real.


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