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RESEÑA // Santiago Gets Louder 2019: El adiós a la banda más grande de metal extremo

Sin ningún single radial y creadores de un sonido que inspiró a millones con sus 38 años de vida, la banda de un emocionado Tom Araya dijo adiós en Santiago y pidió disculpas por su retiro, en un repleto Estadio Bicentenario de La Florida.

Sin ningún single radial y creadores de un sonido que inspiró a millones con sus 38 años de vida, la banda de un emocionado Tom Araya dijo adiós en Santiago y pidió disculpas por su retiro, en un repleto Estadio Bicentenario de La Florida.

Por Diego Puebla

Fotos Roberto Vergara

Chile es especial para Slayer. Está archi mencionado, pero los estadounidenses con su vocalista nacido en nuestro país generaron una conexión única en una tierra complicada. Azotada, que vivió la violencia, la desolación y la debacle de la religión. Presentando los mismos problemas que las grandes naciones debido a la globalización. Por ello Slayer pega de una forma singular, emotiva pero directa, provocando un método catártico en base a la rapidez en sus instrumentos, a la unión del thrash con el punk y al ser el responsable de impulsar géneros como el death metal y todas sus ramas.

Una institución que, a eso de la última etapa del año pasado, nos enteramos de que llegaría a su fin con un tour mundial y ese maldito momento llegó al sur del mundo. Para esto, Santiago Gets Louder en su versión 2019 convocó a los locales Pentagram, a Kreator en reemplazo de Megadeth por el cáncer de su líder y también a Anthrax, que entregan la dosis exacta de diversión con intensidad y que acompañarán a la banda protagonista a realizar su último show en nuestro país en Viña del Mar, lugar de nacimiento de Tomás Enrique Araya Díaz.

Pero vamos por parte. La agrupación encabezada por nuestro Anton Reisenegger, partió puntual como todo el desarrollo del festival con una potencia que nos tiene acostumbrados. A gran volumen sin perder “touch” alguno en ejecución, entregaron clásicos de sus primeros demos como “The Malefice” o “Fatal Prediction”, el cual bandas como Dorso han reversionado, que fueron incluidos en un larga duración del 2013 por la importancia en nuestro metal local.

Los primeros mosh se veían en las cinco mil personas que entre 15:00 y 16:00 llegaban con todo el impulso de lo que esta cita significaba. Se podían ver caras de felicidad a función del metal, en un target juvenil que predominaba en la calurosa tarde de domingo en el Estadio Municipal de La Florida. Muy aplaudidos y culminando su espectáculo con “Demoniac Possesion” dijeron presentes como un componente histórico, en la historia musical extrema de esta parte del planeta.

Con 45 minutos de pausa para el aparataje técnico y dar un respiro al público, Kreator fue la primera banda internacional en decir presente. Con la triada de “Violent Revolution”, “Phobia” y “Extreme Agression” presentó una lista de canciones con igual columna vertebral que su presentación en La Cúpula el día sábado recién pasado.

“Enemy of God” como estandarte de guerra, “Phantom Antichrist” o “Pleasure To Kill” fueron algunos de los 12 temas interpretados con la maestría necesaria por los alemanes. Encargados de un sonido único dentro del marco europeo, capaces de reinventarse en los noventas y que con sus últimos discos no decepcionó a sus fanáticos, menos en su segunda presentación en Santiago en menos de dos días, con gran éxito además en los primeros shows del debut de su buen bajista Frédéric Leclercq, ex Dragonforce.

Otros 45 minutos de espera y la convocatoria subió tanto, que los puntos de agua y de alimentación mostraban enormes filas al igual que en los ingresos. Hasta que finalmente casi el aforo completo se instaló para ver a los entretenidos y rupturistas de Anthrax. Amigos de los raperos, de todos los estilos de metal y con cambios de alineación que mantienen a su excéntrico y simpático Joey Belladonna en las voces, llegaron a nuestro país con la intro de “Cowboys From Hell”. La banda que se asemeja al amigo simpático y al alma de la fiesta en el carrete, sonó en un espectacular nivel con la asistencia devolviendo esa complicidad con 10 “moshs” a ratos, en distintos puntos de la cancha del recinto donde juega Audax Italiano.

“Madhouse”, “Indians” o “Antisocial” fueron parte de los 11 temas en una fiesta en la comuna de La Florida. Con Belladonna paseándose por la cancha, hasta llegar a la mesa de sonido compartiendo con sus fans, fue la guinda de la torta para entregar el mando a los “cabeza de cartel”.

21:00 horas y la luz desaparece para ver unas cruces en el enorme telón que tapaba todo el escenario. Las recién mencionadas giran cabeza abajo y cambian para entregar el logo de Slayer hasta que entran los cuatro festejados en esta emocional despedida.

“Repentless” y “Evil Has No Boundaries” fueron las elegidas para comenzar el adiós. Con un Gary Holt con una sonrisa de oreja a oreja por la respuesta del público, Kerry King en su seriedad respectiva y un Bostaph a destiempo en algunos momentos, pero que con el bajo y la gran forma física de Araya entregaron un espectáculo que en calidad no hace pensar en un retiro tan pronto.

El vocalista y la banda entregaron partes de todo el catálogo de Slayer. “Gemini” de “Undisputed Attitude”, “Born of Fire” de “Seasons in the Abyss” y “Payback” de “God Hates Us All” fueron los elementos atípicos de un setlist común que viene entregando el cuarteto a lo largo de la gira. Con solos afilados por parte de ambos guitarristas, gritos intensos de Tom Araya y cambios de ritmos rapidísimos por Paul Bostaph con el condimento del público, mostró un espectáculo único en su especie por la reciprocidad entre Araya y las 26000 almas presentes en la despedida de Slayer en Santiago de Chile.

Momentos fuertes para una agrupación que no muestra emotividad fue lo vivido anoche. Lágrimas en los ojos de Araya mientras se escuchó “chileno”, “chileno” en su primera intervención con los fanáticos. O la postal al finalizar el set, cuando al despedirse la banda, el nacido en la quinta región miró durante largos minutos en cada extremo del escenario disfrutando el momento. Para al finalizar, esbozar un “¡Viva Chile mierda!” realmente desgarrador, después de pedir disculpas por el fin del conjunto que significó tanto para miles de personas reunidas solo con el fin de escuchar música.

Gracias a esa conexión es que la última vez que Slayer se suba a un escenario en nuestro país, será en Viña del Mar este martes 08 de octubre. Lugar especial, donde las emociones seguirán a flor de piel para muchos que no entendemos este abrupto final. El amor por la música y por estos sonidos más extremos, su influencia y su performance escénica, son la muestra de que son la banda más grande dentro del metal más brutal, causando este tipo de sentimientos y que por suerte tenemos la última oportunidad para decirles “muchas gracias por todo”, luego de su exitosa versión de este festival en la última vez de Slayer en vivo en Santiago de Chile.

 

 


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