Uno de sus abogados dice que su salud ha empeorado notoriamente. “Bien no la está pasando”, asegura Mariel Colón.
El 19 de julio Joaquín “El Chapo” Guzmán llegó a la prisión federal Florence ADMAX de Colorado, luego de ser sentenciado a cadena perpetua por crímenes de narcotráfico y lavado de dinero, entre otros.
A más de un mes de que el ex líder del cartel de Sinaloa llegara a la cárcel conocida como “La Alcatraz de las Rocosas”, uno de sus abogados asegura que su salud ha empeorado notoriamente.
“Bien no la está pasando”, asegura la abogada Mariel Colón, quien agrega que Guzmán tiene problemas a la vista y ha perdido peso.
“Se pasa todo el tiempo en aislamiento, nadie habla español, los guardias no hablan español, así que se le dificultan muchas cosas”, afirmó la abogada.
Una muestra de ello es que en una oportunidad el otrora capo de la droga pidió unos lentes para leer, pero como los guardias no hablan español, no se pudo dar a entender.
“En un mes y medio empeoró bastante su vista, no es que esté ciego, pero ve borroso. No puede leer. Necesita lentes. No había podido atenderse porque no habla inglés y no pudo pedir un oculista hasta que yo fui”, dice Colón.
La rutina de Guzmán no cambia. Tiene que estar 23 horas en su celda y la hora en que puede salir lo tiene que hacer al interior de una jaula, en la que aprovecha de tomar el sol y aire fresco.
El Chapo, hoy de 65 años, sabe que morirá en la cárcel, ya que además de la cadena perpetua, se le sumaron 30 años por haber traficado drogas a Estados Unidos por más de 20 años.