ACTITUD FUTURO

OPINIÓN // Si Bielsa fuera inversionista

Chile necesita con urgencia inversionistas de verdad que transformen y den identidad a nuestros startups. Los locos por innovar los esperamos para conquistar el mundo.

Bielsa

Chile necesita con urgencia inversionistas de verdad que transformen y den identidad a nuestros startups. Los locos por innovar los esperamos para conquistar el mundo.

Por Leo Meyer, conductor y cofundador de InnovaRock

Si Bielsa fuera inversionista, llegaría a Chile y aplicaría su filosofía futbolística al mundo de la innovación, transformando a nuestros buenos players en unos de clase mundial.

Desaparecería el apego a modelos tradicionales de relacionamiento y, así como la movilidad se superpone a las posiciones fijas a la hora de marcar en la cancha, se incentivaría un ecosistema con actores tan disruptivos como enfocados en las tareas encomendadas. Las startups aprenderían a desmarcarse de gran parte del entorno chileno que agobia con su burocracia, para así poder crecer y globalizarse.

Tendríamos innovadores que quieren ser protagonistas, con actitud ante sus equipos, sus clientes, inversionistas y ante quien les toque enfrentar. Les enseñaría a anticiparse, a pensar un segundo más rápido y a creer que pueden lograr lo que se pongan como meta, por extraordinaria que sea. Siempre hacia adelante. Siempre con seguridad. Siempre con intención. Siempre buscando la conversión, la monetización, la venta.

Si el gol no llega se toman riesgos y él sería el primero. No apostaría una miseria, a perder por poco ni mucho menos a empatar. Apostaría con todo para ganar y con el marcador más elocuente y representativo del trabajo realizado. Sin trampas. Sin sacar ventajas extradeportivas. Sin transar jamás la filosofía de los fundadores de esa startup, muy por el contrario, aferrados a aquello que los llevó a entrar a esta cancha llamada mercado.

Abrazaría la locura de conquistar el mundo, de transformar un cúmulo de talentos locales individuales en un unicornio global. Y contagiaría a otros con esa locura para creer en nuestro talento, en nuestras ideas, en que Chile si puede. Cambiaría la mentalidad mezquina y cobarde de nuestros inversionistas por una cuerda locura que los lleve a pensar en «qué ganamos todos» antes del “qué gano yo”.

Si Marcelo, con su mismo buzo y zapatillas fuera inversionista, cambiaría para siempre la mentalidad del Chile emprendedor. Sabría elegir a esos Bravo, Vidal, Sánchez, Medel del emprendimiento que ya brillan y los haría brillar aún más, sumando a otros que quieren brillar con ellos, aprendiendo de ellos, construyendo con ellos. Todos atacando. Todos recuperando. Todos comprometidos. Todos en movimiento.

Desde las galerías, del otro lado de una pantalla y desde el mundo entero respetarían nuestro talento, las startups que somos capaces de crear desde Chile para el mundo y empoderaríamos a miles de profesionales para ser parte de los más importantes equipos acostumbrados a ganarlo todo, como Amazon, Google, Apple y tantos más.

Y con el pecho hinchado, tal como se grita el himno nacional desde que Bielsa lideró nuestra selección de fútbol, gritaríamos la palabra “innovación” con esa locura que exige el acto de romper con un Chile atrapado en manos de unos pocos y poderosos dueños del país disfrazados de hinchas del emprendimiento.


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