#CopaAmerica2019

La fórmula ofensiva ideal de Chile para dañar a Colombia

Rueda se debate entre dos o tres atacantes para la llave por cuartos, pero un diseño otorga más ventaja, considerando los rasgos de los centrales rivales.

Chile Colombia

Rueda se debate entre dos o tres atacantes para la llave por cuartos, pero un diseño otorga más ventaja, considerando los rasgos de los centrales rivales.

Por As.com

Una preocupación de índole táctica acecha al entorno de la selección de Colombiaen las horas previas del partido contra Chile, por los cuartos de final de la Copa América en Brasil. Hay inquietud en torno a la labor que deberán cumplir los zagueros centrales Yerry Mina y Davinson Sánchez en la marcación de los delanteros de la Roja Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.

En rigor, temen que el portento físico de los defensas les juegue en contra ante dos atacantes movedizos, de salidas cortas y veloces, con fluidez alta en pocos metros cuadrados. Las aprensiones no son antojadizas, estimando además que Vargas y Sánchez cada día dan muestras de que sus desempeños se elevan actuando por la Selección.

Los chilenos suman en total cuatro goles en el certamen. Le han sacado brillo a su aporte individual en el pasado bicampeonato de América y que su aporte resulte más o menos trascendente ante Mina y Davinson Sánchez dependerá del diseño ofensivo que elija Reinaldo Rueda ante los colombianos.

Fórmula ideal

Lo que mejor le vendría a Chile, en cuanto al diseño ofensivo, sería atacar solo con dos hombres, tal como lo hizo frente a Uruguay con la dupla conformada por Vargas y Sánchez. Ambos podrían fijarse en el doble ‘9’, generando el mano a mano contra Mina y Davinson Sánchez, sin garantía de coberturas y solo con el lejano respaldo defensivo del arquero Davis Ospina. Todo esto en el eje del ataque, lo que sería un gran riesgo para Colombia.

En esa zona crucial del campo de juego, los chilenos pueden obtener ventajas con desmarcaciones explosivas y acciones individuales de dribling para quedar de cara al arco rival. Deben, eso sí, ser abastecidos de juego permanente y este debe provenir del ajetreo de Charles Aránguiz y Vidal, como también de los desdoblamientos en ofensiva de Isla y Beausejour, ambos siempre profundos y cáusticos por las zonas laterales de la cancha.

Fórmula con reparos

Los trascendidos surgidos desde la concentración de la Roja en Brasil sugieren que finalmente el DT de Chile volverá a emplear el sistema de juego 1-4-1-2-3 en el duelo por los cuartos de final. Esto significaría el retorno a la titularidad de Mauricio Isla, Jean Beausejour, Arturo Vidal y José Pedro Fuenzalida, olvidándose por ahora de la estructura 1-3-3-2-2 utilizada contra Uruguay.

El ataque nacional, por lo tanto, volvería a estar compuesto por tres jugadores, lo que en cierta medida sería más favorable para la dupla de centrales colombiana. Solo tendrían como responsabilidad defensiva controlar a Vargas, ya que Alexis y Fuenzalida, en este formato, se abocan esencialmente a labor de punteros. Eso los llevaría a disputas individuales contra William Tesillo y Stefan Medina, los laterales rivales, lejos de Mina y Davinson Sánchez en la anchura de la cancha. Un alivio para los zagueros.

Sin embargo, si Chile asume el control del juego mediante el manejo del balón, surtiendo de habilitaciones permanentes a Sánchez y Fuenzalida, el panorama de todas formas puediera resultar adverso para los centrales rivales. Los delanteros quedarían en buen pie, tras imponerse en los duelos ante sus marcadores, para asistir en el eje del ataque a Vargas, quien en situaciones de ese tipo se mueve a sus anchas, con desmarcaciones cortas y explosivas, para ganar la posición y finiquitar las acciones ofensivas.


Contenido patrocinado

Compartir