Editorial de Freddy Stock, martes 25 de septiembre.
A propósito de Quintero y Puchuncaví… El concepto de “zona de sacrificio” está produciendo desazón y rabia, zonas de sacrificio humano y ambiental (que es lo mismo) y que hoy sufren los habitantes de Quintero y Puchuncaví a cuyas escuelas continúan llegando niños intoxicados. “Zonas de sacrificio”, que fue el invento lingüistico para nombrar a aquellas faenas productivas inescrupulosas que pusieron al dinero sobre el bienestar y la dignidad…
El falso dilema de progreso versus bienestar social se está dando en varios puntos del país, desde el Norte Grande hasta Punta Arenas, donde se reabrió el debate sobre las mineras de carbón de Isla Riesco luego de que el Servicio de Evaluación Ambiental aprobara ayer el uso de tronaduras por parte de la empresa Mina Invierno.
La empresa, consultada por el medio local El Pingüino, dijo que esta técnica extractiva, “permite dar continuidad a la operación de Mina Invierno y con ello tranquilidad a más de mil trabajadores y sus familias”. Destacó además que los trabajadores -90% de ellos de Magallanes- “sin duda sabrán apreciar el valor de esta decisión que permitirá que Mina Invierno pueda seguir contribuyendo al desarrollo de Magallanes”, afirmó.
Pero desde Alerta Isla Riesco, Javiera Stipicic declaró que, “esta resolución agrava la situación que estamos viviendo como país y muestra el doble estándar de este Gobierno, ya que prefiere ceder a las presiones del empresariado antes que hacer valer la Constitución y nuestro derecho de vivir en un lugar libre de contaminación”.
Es inverosímil que a estas alturas y con ejemplos como los de Quintero, no seamos capaces de compatibilizar el empuje y desarrollo de la empresa con los derechos básicos de seres humanos que se ven chantajeados con la cesantía si alegan por su propio bienestar…