ACTITUD FUTURO

La velocidad a la que caminas podría predecir si vas a sufrir demencia en los próximos años

Un estudio reciente señala que existe un vínculo entre la velocidad al caminar y las posibilidades de sufrir demencia en la vejez.

Un estudio reciente señala que existe un vínculo entre la velocidad al caminar y las posibilidades de sufrir demencia en la vejez.

Hay personas que parece que van con prisa a todos los sitios, mientras que otros dan la impresión de que le pesan los pies. Esto puede parecer solo una cuestión de personalidad, pero un estudio neurológico reciente señala que existe un vínculo entre la velocidad a la que caminamos y las posibilidades de sufrir demencia en edades avanzadas.

Para demostrar en el experimento que nuestros pasos tienen algo que decir sobre la salud de nuestro cerebro, se cronometró la velocidad de marcha de un total de 175 adultos mayores –de entre 70 a 79 años– que mostraban una buena salud mental y también presentaban exploraciones cerebrales normales al inicio del estudio.

Este trabajo científico se llevó a cabo en el transcurso de 14 años, en los que se evaluó la velocidad al caminar de los participantes. Al finalizar, se les volvió a realizar la prueba de agudeza mental para observar su estado cerebral a través de un escáner.

Los investigadores concluyeron que un descenso progresivo de la velocidad de nuestra marcha durante un tiempo prolongado podría ser un indicio de deterioro cognitivo. Estos datos sugieren que los participantes de la investigación que redujeron su velocidad en 0,1 segundos más por año, presentaron un 47% más de probabilidades de desarrollar un declive mental, dado que experimentaron una contracción en el hipocampo derecho, que está asociada con el aprendizaje y la memoria, recoge La Vanguardia. 

Aunque parezca una diferencia irrisoria, el profesor asistente de epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, Andrea Rosso, aseguró que una fracción de segundo es sutil pero de forma progresiva y a lo largo de catorce años o menos, se nota: «Puede que la abuela no sea tan lenta, podría ser un indicador temprano de algo más serio», sentenció.

Aún así los científicos reconocen que no es suficiente como para diagnosticar un problema cognitivo, ya que una marcha lenta también puede estar causada por otro tipo de dolencias como debilidad muscular, dolor de rodilla y enfermedades como diabetes, enfermedad cardíaca e hipertensión. Pero recomiendan que se debería tener en cuenta como un posible factor más dentro de las evaluaciones geriátricas a modo de prevención para poder frenar la progresión de la enfermedad a tiempo u ofrecer terapias tempranas.

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