ACTITUD FUTURO

Expareja denuncia violenta agresión de Ramón Llao: «Me decía maraca, puta de mierda»

"Para mí fueron tres horas de puros golpes", recordó Claudia Moreno sobre el ataque del actor, ocurrido en 1998.

«Para mí fueron tres horas de puros golpes», recordó Claudia Moreno sobre el ataque del actor, ocurrido en 1998.

Por ADN.cl

La actriz Claudia Moreno relató la golpiza que le propinó Ramón Llao a comienzos de los 2000, cuando eran pareja; hechos que el actor reconoció en una publicación de Instagram, antes de que la historia fuera revelada por El Desconcierto.

Moreno recordó que, la noche del ataque, junto a Llao había ido a cenar a la casa de Berta Lasala, que en ese tiempo mantenía una relación con Marco Enríquez-Ominami. El hombre estaba entusiasmado por la presencia del entonces cineasta, para ella el nombre era irrelevante. «Yo le decía que no era para tanto, que le ponía color», dijo Moreno.

Cuando regresaron al departamento de la actriz, los ánimos estaban tensos. En el camino habían discutido por la figura del excandidato presidencial.  Sonó el teléfono y ella contestó. Era un expololo, conversaron largo rato y colgó. Llao, con alcohol y cocaína en la sangre, la encaró.

«Se indignó tanto, tanto, que todavía no entiendo por qué fue tanto. Me dijo quién te llamo, yo le respondí que Pablo y me insistió quién era. Le dije que era un ex pololo muy antiguo y me reclamó que por qué me llamaba. Fue in crescendo la violencia. Pero por qué te llama a esta hora, me insistía», relató la mujer de 50 años.

Después vino el ataque. Insultos, patadas y golpes de puño. «Para mí fueron tres horas de puros golpes, aunque ahora no sé si pudo pegarme tanto rato, porque fue mucho. No me podía mover. Me tiró al suelo (por suerte mi hijo se quedó esa noche con su papá), pero había un cuarto entre el clóset y la puerta de salida donde quedé inmovilizada. Estaba ahí y eran patadas, golpes de puño y otra vez patadas. No lo podía creer pero entendí que no me podía defender», recordó.

«Me acuerdo siempre de las patadas: me invalidaba que me pateara. La fuerza no te da. Yo pensaba ‘aquí voy a morir’. Cuando te está sacando la cresta un hueón, es la única diferencia que podemos tener hombres y mujeres. Ahí es imposible hacer algo», agregó.

Encerrada en el baño, rogando para que el pestillo no cediera, escuchaba a Llao descargar toda su ira. «Me decía maraca, puta de mierda, por qué te llama a esta hora y venía otro golpe. Porque nadie te tiene que llamar, golpe. Dame el nombre de ese hueón porque lo voy a matar y golpe. Yo estaba en shock. Nunca había visto eso en él porque era un encanto. Yo me enamoré de una persona encantadora».

Gracias a Dios el pestillo nunca se abrió, porque él golpeó y golpeó hasta que comenzó a partirse la puerta. Le pegó por más de media hora y se escuchaba que iba a buscar otro elemento para poder abrir”, dijo.

Amaneció y Llao ya se había calmado. Había destrozado cortinas, sillones, un televisor y equipos electrónicos. Claudia contó en El Desconcierto que a la casa llegó Manuel Peña, otro actor, junto a su pareja de esa época. Ella la ayudó con las heridas y él se encargó de Llao. «Manuel Peña vio cómo estaba todo y le dijo ‘sal de acá, hueón’. Creo que hasta le pegó ese día».

Días después del ataque, el agresor llamó a Moreno para que se reunieran y disculparse. Ella aceptó. «Todavía pensaba que era mi pareja y me sacó la cresta porque se puso celoso porque me llamó un ex pololo. Nos fuimos a almorzar a un restaurant de Ñuñoa. Él estaba muy mal, tiritando. Me dice ‘Claudia, te quiero pedir perdón por lo que pasó esa noche. Quiero remediar esto de alguna manera'».

Él intentó convencerla de que siguieran con la relación. Ella se negó. Al despedirse, Llao le dijo: «Lo único que te pido es que no se lo cuentes a nadie». Claudia Moreno accedió a la petición. Toda su familia ya sabía.

Pasaron los años y trató de superar el trauma de la golpiza. Pero comenzó a toparse con Ramón Llao en la televisión, en el cine, y el pasado regresaba vívido y doloroso. Una vez fue a Canal 13 en búsqueda de trabajo y lo divisó a lo lejos. «Lo vi distinto, lo vi gigante y pensé que me iba a pegar de nuevo. Fue muchos años después y no sé si él me vio, salí corriendo».


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