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Roberto «Titae» Lindl y su compañero y amigo Álvaro Henríquez: «Todavía le queda mucha vida»

El bajista de Los Tres se refirió al actual estado de su compañero, que se sometió a un transplante al hígado urgente la semana pasada.

Estos días han sido de preocupación para los fanáticos de Los Tres y la escena del rock chileno tras el transplante al hígado urgente al que se sometió Álvaro Henríquez la semana pasada, tras arrastrar un grave problema hepático derivado del consumo de alcohol.

Y en conversación con La Tercera, su amigo y compañero de Los Tres, Roberto «Titae» Lindl se refirió al episodio que actualmente viven en la banda y en su vida privada. «Todos hemos estado muy preocupados», expresa el bajista, el hombre más cercano a Henríquez después de su núcleo familiar.

Lindl, que hasta ahora había preferido guardar silencio, por respeto a la privacidad de su amigo, señala con cautela: «No he sabido tantas cosas en detalle. Supe que la operación salió bien y eso obviamente te alegra, pero tampoco mucho más. Fui a verlo hace un par de días, fui una vez, pero como está en la UCI (de la Clínica Las Condes) no se puede ni entrar, así que estuve con la hermana un rato, con su familia. Más que nada me he mantenido al tanto hablando por teléfono con ellos, ahí me entero de las novedades. Pero seguimos bien preocupados, hay que ver qué pasa».

El músico, quien conoce a Henríquez desde que eran niños en Concepción, agrega: «Para mí es un colega y un amigo. Pero bueno, estamos a la espera de que salga todo bien en este período, porque siento que le queda mucha vida todavía a este gallo».

Respecto al problema de salud que se venía evidenciando en el líder de la banda, su compañero asegura que no estaban tan al tanto de la gravedad de su condición: «La verdad, nos tomó por sorpresa. Así como que no cachábamos mucho, porque siempre anda cada uno por su lado. No sabíamos la gravedad del asunto. Había momentos donde le costaba moverse, pero más allá de eso, no, no vimos más. Llegaba hasta las tocatas, las hacía y las hacía bien, sin problemas. Salvo la última, donde ya fue todo muy evidente que estaba muy enfermo».


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