Editorial de Freddy Stock, miércoles 31 de enero.

El ídolo… Así creció Marcelo Ríos en esta sociedad, como un ídolo, un deportista de aire rebelde que le dio a este país el primer número uno ganado por un iberoamericano en el tenis. Ríos era un chileno atípico a lo que se conocía, es decir, uno que no sabía sentirse opacado en canchas foráneas y ante la adversidad de las tribunas. Pero, con más talento que cerebro para moldearlo, la figura se fue llenando de moho y el ídolo se fue cimentando en el barro de sus bravatas.

Las rebeldías de antes son las patrañas patéticas de un hombre de 42 años que parece incapaz de convivir consigo mismo.  La vulgaridad de hoy citando a otro ídolo como Maradona al que de seguro siente como un alter ego, es indignante no sólo para un gremio ofendido sino hacia lo que él algún día representó para este país. Se olvida Marcelo Ríos que los periodistas representan las inquietudes de la opinión pública, que hay mujeres que ejercen este rol como la propia ministra del deporte nombrada por Sebastián Piñera, Pauline Kantor.

Marcelo Ríos dice que no habla con periodistas y mandó en dos ocasiones a “chuparla” a quienes estaban haciendo esta mañana su trabajo. Una de las preguntas era qué le parecía el apoyo que el próximo gobierno de Sebastián Piñera le había ofrecido para festejar los 20 años de su triunfo sobre Agassi y la conquista del N°1. No hubo respuesta. Sólo la ordinariez de un sujeto limitado en expresiones y la duda de si el Presidente electo estará revaluando algún aporte fiscal para este ídolo opacado por una inteligencia que le deja todas las pelotas en la malla…


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