PALABRAS SACAN PALABRAS

La definición más ridícula de la historia

Editorial de Freddy Stock, miércoles 27 de diciembre.

Vaya chascarro internacional… Este caso podría ser como el Puente Cau cau del deporte chileno y es la vergonzosa situación protagonizada por los clubes Deportes Vallenar y Deportes Melipilla cuando definían cuál de los dos debía acceder en 2018 a la Primera B del fútbol chileno. Bueno, para ser precisos, debiera señalarse la vergonzosa actuación del árbitro del encuentro, el experimentado Eduardo Gamboa, al no aplicar correctamente el reglamento en la definición a penales entre ambos elencos.

La historia, sabrosa para los medios del mundo, dice que en la ceremonia de lanzamientos de los 12 pasos, un jugador de Vallenar hizo un amague al chutear el penal y en vez de invalidar, mostrar amarilla y dar el gol a Melipilla –como dice el reglamento- Gamboa ordenó su repetición. Y eso, significó que Vallenar ganara la definición cuando debió perderla en cancha. De oficio, la ANFP ordenó repetir la ceremonia en un hecho inédito, Vallenar se rebeló y cumplió su promesa de no asistir a la cita a la hora señalada.

Según cuenta Emol, el árbitro de esta repetición, Roberto Tobar, tuvo que protagonizar un protocolo que hizo más kafkiana la situación: fue al vestuario de Vallenar sabiendo que estaba vacío, se detuvo, golpeó la puerta del camarín y esperó a ver si había alguna respuesta del interior. Pero claro, nunca la hubo si no había nadie. El juez abrió la puerta, recorrió todo el vestuario, revisó bien para asegurarse que estaba sin jugadores y luego cerró la puerta para dirigirse hacia el sector de los árbitros donde dio por ganador a Melipilla.

El escritor argentino Osvaldo Soriano hubiera escrito una epopeya con este partido como lo hizo con su inmortal relato, “El penal más largo del mundo”. Pero, en este caso, sería la definición a penales más ridícula de la historia…


Contenido patrocinado

Compartir