¿Qué enseñanza nos queda de todo esto?… Finalmente y con un país en vilo, los diez jueces del Tribunal Constitucional entregaron su veredicto. Y este, como bien lo sabes, confirmó por 6 votos contra 4  lo que ya nuestro proceso democrático había aprobado en ambas Cámaras del Parlamento. Claro, los que creemos en el progreso natural de los rumbos sociales estamos felices, también la gran mayoría de las mujeres que con justa razón ven en el aborto un tema que les pertenece pero que es manejado básicamente por hombres. La aprobación del aborto en tres causales es un triunfo, claro está, pero la bacteria en nuestra piel democrática sigue ahí, parapetada en un tribunal que –como está ideado- no puede seguir poniendo en jaque nuestra institucionalidad y la potestad del soberano que es todo un pueblo representado en el Parlamento.

Se ganó una gran batalla contra los conservadores y sus argumentos de temores divinos sobre certezas jurídicas. Pero no podemos bajar los brazos para seguir batallando por destrabar los amarres de un país oscuro que nos legaron y que se representa en organismos politizados como estos que perfectamente pueden aún borrar de un plumazo lo que se conquistó en el campo legítimo de las ideas…


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