Español Nicolás Almagro abandonó el encuentro por lesión y entre lágrimas.
Es lo que queda, el consuelo del espíritu deportivo de un deporte que enfrenta a dos atletas mano a mano, sin la posibilidad del apoyo de un equipo o poder delegar repsonsabilidades en otros. En el tenis sólo el jugador es dueño de su éxito o fracaso y cuando se da este último escenario, es el rival quien puede ser tu mejor apoyo.
Esto le ocurrió al español Nicolás Almagro cuando enfrentaba al argentino Juan Martín del Potro. Comenzando el tercer set y con el marcador 6-3, 3-6 y 1-1 el ibérico sintió que su rodilla derecha no dio más, dejó pasar el saque de “Delpo” y lo que vino fue una de las imágenes más estremecedoras que se ha visto en un campo deportivo. El llanto del español, el abrazo del argentino y la ovación de la parcialidad francesa fueron el marco de un momento cargado de épica y deportividad a toda prueba.
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