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Editorial de Freddy Stock, miércoles 05 de octubre.

Qué importa el resto… Argumentos más, argumentos menos, esto es –simplemente- lo que esconde la moda de ciertos padres de no querer vacunar a sus hijos, no importarles el resto. Los llamados grupos antivacunas chilenos llegaron a poner recursos de protección en diversas ciudades del país, en contra de la obligatoriedad de la vacuna del papiloma humano, que se aplica a estudiantes de 4º y 5º básico.

Para la Organización Mundial para la Salud actos como estos son «un atentado a la salud pública mundial», según dijo el representante del organismo en Chile, Roberto Águila. Claro, porque la erradicación de enfermedades y de epidemias que ha liderado Chile, ha sido sobre la base de que la vacunación contra ellas no sólo es por un beneficio propio de quien la recibe sino un compromiso con la sociedad con la que se vive. Eso de pensar que “para qué vacuno a mis hijos si lo harán otros” es la mejor muestra del grado de deterioro humano en que hemos caído en esta transformación social que ha impulsado lo individual por sobre lo social y el beneficio propio sobre la solidaridad…


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