Marcha de  estudiantes y apoderados.
Editorial de Freddy Stock, jueves 23 de julio.

Anchas alamedas… En una de las frases más metafóricas y por eso profundas y misteriosas de su discurso de despedida, el Presidente Allende avizoraba el regreso de las “anchas alamedas”. Sería en un futuro incierto pero que se alcanzaría tras la Edad Media, el oscurantismo y el dolor. Las anchas alamedas por donde transite el hombre libre, dijo. Y como no hay libertad sin verdad, bien podríamos estar siendo testigos, en estos momentos, de esos días esperanzadores que nos hablaba Allende mientras La Moneda estaba siendo destruida.

La verdad que llega, la verdad que se respeta y se hace exigencia. La verdad que tiene en crisis a la elite y se llama calle, red social o deseos de transparencia. Hace unos años estamos en eso y ahora vemos frutos concretos que nos hacen creer que la crisis está siendo una gran oportunidad. Los criminales de Víctor Jara están ahora preocupados al igual que los que quemaron vivos a Rodrigo Rojas Denegri y a Carmen Gloria Quintana en ese hecho que marcó para siempre a nuestra historia.

Carmen Gloria está aquí para contarlo. Para explicar cómo la democracia y sus nuevos príncipes llegados a Palacio le dieron vuelta la espalda a la libertad que trae la verdad, talvez en un desconocido pacto de silencio. Claro, porque ahora –gracias a escándalos como el de SQM- podemos respondernos muchas preguntas, entre ellas, por qué cierta elite que llegó a Palacio con la democracia no hizo mayores esfuerzos por abrir las alamedas…


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