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Editorial de Freddy Stock, miércoles 05 de mayo.

Al parecer esta industria no ha aprendido nada… Según contó el subsecretario de salud al diario La Tercera, la industria farmacéutica se está oponiendo con todo tipo de mecanismos a la promulgación de la Ley Ricarte Soto que actualmente se debate en el Congreso. Jaime Burrows señaló que las farmacéuticas están actuando en Chile de la misma forma en que lo hicieron con el plan de salud de Barack Obama en Estados Unidos: “Conociendo la experiencia internacional como la del “Obama Care”, dijo el subsecretario, “está comprobado que la industria farmacéutica trata de influir y hacer presión a través de líderes de opinión que son del mundo académico y de pacientes”.

La Ley Ricarte Soto financiará medicamentos, alimentos y dispositivos de alto costo para las familias y la batalla contra su promulgación está adquiriendo ribetes oscuros si la denuncia de Jaime Burrows se comprueba como lo es el intento de una farmacéutica de “comprar” a la abogada que lleva adelante la iniciativa.  Se trata, dice La Tercera, de Andrea Martones, especialista en salud que desde 2014, elaboró  junto a un equipo jurídico las bases del proyecto Ricarte Soto. Andrea, dice Burrows, recibió una llamada de un headhunter que de parte de un laboratorio farmacéutico le ofreció una gerencia, un sueldo varias veces mayor al que gana en el Minsal y un auto último modelo. “Si están dispuestos a ofrecer esto al Ministerio de Salud, qué estarán ofertando en otros lados. Es una pregunta que vale la pena hacerse”, reflexiona el subsecretario.

Estos son los mecanismos de un Chile que queremos dejar atrás, el que cree que todo está a la venta, que todo tiene precio y que los ideales están por debajo del jugoso poder del dinero. Eso que ejemplifica Soquimich, Caval o Penta, por nombrar sólo a los que están dando que hablar en estos días. Ah, Andrea Martones, no aceptó la oferta…


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