El lenguaje construye realidad… es una máxima de los lingüistas que denotan el poderoso cincel que esculpe aquello que ocurre o no ocurre que es el lenguaje. No sólo sirve de medio de comunicación o de expresión entre personas, sino como molde lo que ES, de manifestación de lo que realmente existe… Por eso, su importancia. Por eso, lo clave que es su manejo. Y, por eso, es lo interesante de su mutabilidad, su apertura al cambio.
Ante los reyes de España, se presentó la edición 23 del Diccionario de la Real Academia Española que tiene un récord de 93.111 palabras nuevas que son aceptadas en sus páginas. En general, dice el diario El País de España, “dos características de este diccionario son la depuración del sexismo y adjetivos malsonantes o despectivos y la vocación panhispánica con la incorporación de más americanismos”.
La cultura de internet aporta con “blogueros”, “hackers”, “ciberespacio” o el verbo “tuitear”. Ello, porque la última actualización era de 2011. Para los espectáculos se incorpora el “backstage” y para una nueva forma de amistad surge el “amigovio”, ese que en Chile ya se conoce como el “amigo con ventaja”. Cosas de la modernidad, ejemplos de la nueva realidad que construimos al hablar y comunicarnos…