Editorial de Freddy Stock, miércoles 02 de julio.
Jurel tipo salmón… «Jurel tipo salmón» es la versión marítima del «gato por liebre», esa costumbre tan chilena de hacer como que las cosas son; de arreglar el desperfecto con alambre, de hacer como que es pero no es… «Jurel tipo salmón» es la solución parche, la justicia en la medida de lo posible, la satisfacción por el triunfo moral.
Esto del AVP, el celebrado Acuerdo de Vida en Pareja, tiene mucho de Jurel tipo Salmón. El AVP se creó como un arreglo jurídico para las uniones que no aspiran al matrimonio, una especie de salida que da nuestra sociedad para los que no desean amarrarse como marido y mujer. Pero, y aquí está el jurel encerrado, es un analgésico también para las parejas homosexuales que, aunque quieran, no pueden casarse porque para ellos Chile no tiene matrimonio.
Esta mañana, la Comisión de Constitución del Senado aprobó que el AVP regule la tuición de hijos, es decir, que en caso de fallecimiento o inhabilidad de los padres (incluso si son gays), el juez podrá dar la tuición al conviviente civil del padre o madre que haya participado en la crianza del niño o niña. Los detalles de la ley, se verán la próxima semana y ahí, se limarán los detalles.
Tanto el Movilh como Fundación Iguales celebraron la medida que homologa la tuición a los padres sin distinción de orientación sexual. Es un paso, dicen, en su lucha por no ser discriminados por Estado. Un logro del llamado AVP para quienes no pueden acceder al matrimonio. Del jurel que no puede ser salmón… Bienvenidos a Palabras sacan Palabras…