LITTLE STEVEN'S UNDERGROUND GARAGE

Capítulo 33 – Yellow Submarine

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Escucha el programa a continuación…

BLOQUE 1

All You Need Is Love (The Beatles)

Érase una vez Al Brodax: ex militar, medalla Corazón Púrpura, medalla Estrella de Bronce, veterano de la Batalla del Bulge, y el personaje a cargo del área de cine y televisión del King Features Syndicate. Un día va caminando por uno de los pasillos de la empresa cuando divisó a un tipo de look algo nerd y un tanto confundido. Qué le ocurre?, preguntó. “Un editor me acaba de echar de su oficina y estoy perdido buscando el ascensor”. Ah sí? Y qué tiene en sus manos? “Son los dibujos de una banda llamada The Beatles. Tengo los derechos , pero nadie aquí los ubica”. Pero Al sí que los conocía. Lleva al tipo a su oficina, hace un trato con él y luego se pone en contacto con Brian Epstein y a partir de los derechos de este sujeto arma un contrato para realizar animaciones de la banda. Durante tres años hace la serie animada de los Beatles, que alcanza un 50% de share en las mañanas de los sábados. La mitad de los televisores encendidos a esa hora, sintoniza su programa. Luego, Al se entera que la United Artists tiene un trato por tres películas con el grupo, pero a pesar del gigantesco éxito de A hard Day’s Night y Help!, éste no tiene planes de hacer una tercera película. Todo lo que quieren es irse a la India a meditar. Así que vuelve a llamar a Epstein: “tengo la solución perfecta. Un filme animado. No tienen que involucrarse y será sólo ganancia para ustedes. Ellos están de acuerdo, pero no quieren saber nada sobre el tema: odiaban el programa animado, porque Brodax había elegido a actores estadounidenses para hacer las voces, pensando que nadie iba a entender el enrevesado acento de Liverpool. Así que la única contribución del grupo antes de marchar a la India fue la de Ringo: Al quería titularla All You Need is Love, pero Starkey le dijo: “Usa Yellow Submarine. Puedes ir donde quieres arriba de uno, hacer lo que quieras”. De modo que Brodax puso al novelista Joseph Heller a trabajar en una versión del guión, y luego al escritor Eric Segal. George Dunning se encargó de la dirección y luego todos marcharon hacia Pepperland. Los Beatles quedaron encantados cuando vieron el filme e incluso grabaron un epílogo ellos mismos. Lamentaron no haber puesto sus voces y se sintieron culpables pr haberle dado a Brodax lo que ellos consideraban canciones desechables. Bueno, con todo respeto, no estamos de acuerdo.

Hey Bulldog (The Beatles)
Saturday’s Child (The Monkees)
Devil You Know (Ghost Of A Saber Tooth Tiger)
Shake It Some More (Tony Sheridan)
Can You Please Crawl Out Your Window (Roger Daltrey & Wilco Johnson)

Partimos nuestro show dedicado a Yellow Submarine con All You Need Is Love, de los Beatles; un single que salió exactamente unas cinco o seis semanas después de Sgt. Pepper y un año antes de la película. Casi fue el título del filme. Luego Hey Bulldog, un tema descartable según John Lennon. Una maravilla, en mi opinión. Originalmente, la iba a llamar Hey Bullfrog (rana toro), pero como Paul se puso a ladrar, el título cambio al actual. Saturday’s Child, una gran canción de los Monkees, escrita por David Gates, más tarde integrante de Bread. Lo perdonamos por eso. Devil You Know, por Ghost Of A Saber Tooth Tiger, un proyecto creado por Sean Lennon y su novia Charlotte Kemp. La canción vienen en el álbum Midnight Sun y vale la pena darle una escuchada. Shake It Some More, del subestimado Tony Sheridan, que alguna vez usó a los Beatles como su banda de apoyo (no en esta ocasión, en 1964), y cerramos con un cover de Dylan: Can You Please Crawl Out Your Window (Roger Daltrey & Wilco Johnson). Mi favorita del catálogo de Bob. Ya volvemos con alguien que se fue de paseo pero dio una vuelta en la esquina equiviocada…

BLOQUE 2

17 de Julio de 1938, cinco y cuarto de la mañana, Douglas “Wrong Way” Corrigan despega rumbo hacia el este desde el Floyd Bennett Field, en Brooklyn, con 320 galones de combustible y 16 de aceite, en su monoplano Curtis OX Robin, de 1929, que había comprado a 310 dólares. Le había aumentado el poder del motor a 165 caballos, a partir de los 95 originales, reemplazando los pistones, lo que elevó el gasto total en su avión a 900 dólares. Corrigan tenía amplia experiencia como diseñador y constructor de aviones, y había aprendido a volar en el campo, planeando arriba de bodegas y graneros. Trabajó por un tiempo en San Diego para la empresa que diseñó El Spirit of St. Louis (él ayudó a crear las alas) para Charles Lindbergh, quien lo voló hasta Nueva York e hizo historia más tarde con su vuelo transatlántico. Obsesionado con la idea de seguir los pasos de su héroe, Corrigan trató sin éxito de obtener permiso para repetir la hazaña, pero las autoridades se lo negaron hasta que él simplemente se las saltó. Voló hasta Nueva york y luego, muy temprano en la mañana, cargó combustible y salió antes que el personal llegara a su trabajo. Tenía una fuga de combustible, pero la ventana de buen tiempo para salir se estaba acabando, así que llegó y despegó. Diez horas más tarde, la cabina había comenzado a llenarse de gasolina, y Corrigan hizo un hoyo e su avión con un destornillador, con la esperanza de que se filtrara por ahí evitando que llegara a los ductos de ventilación. Y lo logró. 18 horas más tarde, aterrizó en el aeródromo de Baldonnel, en Dublin. Lo había hecho con sólo dos barras de chocolate, dos cajas de barras de cereal y 25 galones de agua. El inmenso tanque de gasolina no le permitía mirar de frente: tenía que hacerlo por el lado. No tenía radio y su compás tenía 28 años de antigüedad. El periodista H.R. Knickerbocker comentó que no solo era increíble que alguien se hubiera atrevido a poner ese avión en el aire, sino que la nave misma estaba construida a parches como una colcha y con puertas amarradas con alambre de granja, jeje. Corrigan le confesó a los oficiales de aeronáutica que se dio cuenta que iba en la “dirección contraria” cuando llevaba 26 horas volando, y obvio que nadie le creyó. La lista de reglas violadas en su vuelo ocupaba 600 palabras, pero reconociendo lo milagroso de su logro, solo le suspendieron la licencia por dos semanas. Lindbergh, su héroe, nunca reconoció la hazaña, para gran decepción de Corrigan. Pero para ser justos, su triunfal recepción por Broadway fue más grande que la del propio Lindy.

Nowhere Man (The Beatles)
Not Wrong Long (The Nazz)
Little Boy (The Crystals)
First Time (The Connection)
It Won’t Be Wrong (The Byrds)

Nuestro tributo a Wrong Way Corrigan con Nowhere Man, un número uno para los Beatles, en 1966. Y Corrigan habrá estado equivocado (wrong), pero nunca tanto: Not Wrong Long, una canción de el segundo álbum de The Nazz, escrita por Todd Rundgren. Little Boy, un pequeño clásico a cargo de las Crystals; nunca entendí porque no fue un éxito. Después, First Time, por The Connection, un lado B de su último single, Don’t talk to my baby. Y más tarde It Won’t Be Wrong, la gran canción que los Byrds grabaron para su segundo álbum Turn Turn Turn!, producido por Terry Melcher. Para celebrar la publicación de That’s my story, la autobiografía de Wrong Way Corrigan, lanzada en las navidades de 1938, se crearon productos hechos “al revés”, como relojes que corrían de derecha a izquierda. Se encarnó a su mismo en la película The Flying Irishman, por el que ofrecieron pagarle 75 mil dólares o 30 años de sueldo a cargo de su propia pista de despegues y aterrizajes. Wow. Y eso que ni siquiera es nuestro freak de la semana. ya volvemos con éste y más.

BLOQUE 3

Nuestro freak de la semana es Clifford Odets, nacido un 18 de julio de 1906, en Philadephia, hijo de inmigrantes judíos. Creció en el Bronx y se salió del colegio para convertirse en actor. Fue uno de los fundadores del Group Theatre, junto con Harold Clurman y Lee Strasberg. Abandonó la actuación y comenzó a escribir; y, a petición de Clurman escribió Awake and Sing, en 1935. Era una obra maestra. Strasberg se dio cuenta y la primera obra que produjo para el Group Theatre fue de Odets: Waiting for Lefty, ambientada en el mundo de los taxistas y cuyo clímax era un ardiente llamado a la organización de los trabajadores y a la huelga. Controversial y todo, fue un gran éxito, así como otras obras de la compañía, centradas en la forma en que el sistema explotaba a sus miembros, durante la depresión. El estilo de Odets era una gran mezcla de poesía, lenguaje callejero, con diálogos ricos en metáfora y capaces de zambullir de inmediato a la audiencia en el conflicto, sin darse vueltas. Su énfasis era en el carácter, no en la trama; algo que había aprendido de Chejov. Brillante y todo -pocos hubo como él: Golden Boy, Clash by Night, The Big Knife, The Country Girl y el guión de Sweet Smell of Success-, resultó bastante estúpido en lo referido a política: alabando a la Unión Soviética y al mismo tiempo denunciando a ex compañeros del Partido Comunista durante la persecución de Joseph McCarthy; pero es su genio literario el que recordamos hoy, uno que inspiró a sus contemporáneos y a las generaciones que siguieron y que seguirán. Nuestro freak de la semana, Clifford Odets.

Only A Northern Song (The Beatles)
I See The Light (The 5 Americans)
London’s Burning (The Clash)
Who Slapped John (Gene Vincent)
Ok DJ (Steve Conte)
Nazz Are Blue (The Yardbirds)

Comenzamos Only A Northern Song, una canción que George Harrison escribió para Sgt. Pepper. Y estuvo incluída en el tracklist hasta último minuto, pero acabó en Yellow Submarine, donde calzó bastante bien. Northern Songs era la compañía que publicaba y recibía lls royalties de las canciones de los Beatles, quienes para esta época ya se habían dado cuenta que habían sido engañados al firmar el contrato. I See The Light, de los texanos The 5 Americans. Lanzada en 1965, con Michael Rabon, en la voz. Y seguíamos con London’s Burning, del primer álbum de los Clash, 1977, Nicky Foot en la producción. Si andas buscando la quintaesencia del rock and roll y rockabilly, está contenida al completo en Who Slapped John, un clásico de 1956, por Gene Vincent. El por un lado y Little Richard por el otro, crearon la base para bandas como los Beatles mucho más tarde. Ok DJ, el debut solista de Steve Conte, de los New York Dolls. Muy, muy bueno. El bloque cierra con Nazz Are Blue, de los Yardbirds versión 1966. Fue la canción de donde los Nazz, de hecho, sacaron su nombre. Ya regresamos con la canción más cool de la semana.

BLOQUE 4

Nuestra canción cool de la semana llega desde Akron, Ohio, una de las capitales del rock… Recibimos en el Underground Garage a los Black Keys.

Gotta Get Away (The Black Keys)
Do The Freddie (Freddie & The Dreamers)
Dark Sunglasses (Chrissie Hynde)
Bend Me Shape Me (American Breed)
Crime Is Sexy (The Dogs)
Baby You’re A Rich Man (The Beatles)

Todo comenzaba con Gotta Get Away, lo nuevo de Black Keys, de su álbum Turn Blue. Dan Auerbach, Patrick Carney y Brian Burton, pasaron de ser un dúo a convertirse un trío. Tal vez en un par de años agreguen otro tipo más a la mezcla. Produce Danger Mouse, junto a la banda. Han sido uno de los pocos rockeros en volverse masivos en el último tiempo, y eso es muy agradable de ver. Do The Freddie, una canción de 1965, por Freddie & The Dreamers, unos bromistas de la invasión británica. Cuando la escuché pensé que era un chiste, pero acabó gustándome. Dark Sunglasses, un tema cool a cargo de Chrissie Hynde, en format solista. De su disco Stockholm.Muy cool. Desde Chicago, 1967, Bend Me Shape Me, de los American Breed, producido por Scott English y Larry White. Crime Is Sexy, el mejor título de canción del año, por The Dogs. Una de nuestras canciones cool del programa. Baby You’re A Rich Man, cara B de All you need is love, también presente en Yellow Submarine. John Lennon toca el clavioline, un excéntrico tipo de teclado. No se vayan que ya seguimos…

BLOQUE 5

Tiene que haber sido durante esta semana, en 1957, que John Lennon le pidió a Paul McCartney que se uniera a los Quarrymen. Se habían conocido el 6 de julio, el Woolton Town Feat, una suerte de feria picnic organizada por su barrio. John a sus 16 llegó en la parte trasera de un camión, con su guitarra de palo bajo el brazo y tocó con su banda Come go with me, de los Del Vikings, inventándose la letra mientras la cantaba, lo que divirtió mucho a Paul, de 15 años, que había llegado ahí llevado por un amigo en común. Este los presentó más tarde, durante la pausa, y McCartney tomó la guitarra, la dio vuelta (porque era zurdo) y tocó de principio a fin Twenty Flight Rock, de Edie Cochran, y luego Come go with me, con las palabras correctas. Obviamente, esto llamó la atención de John. Después de unos días o unas semanas de deliberación, depende de quién lo cuente, John se decidió. No era sencillo: se trataba de invitar a alguien de personalidad dominante e igual de talentoso a él mismo. Pero al final no había opción: John le pidió a Paul que se uniera a la banda.

Some Other Guy (Richard Barrett)
Soul Sister Brown Sugar (Sam & Dave)
Crash Boom Bang (The Bayonets)
Dead Man’s Curve (Jan & Dean)
It’s All Too Much (The Beatles)

El último bloque comenzaba con Some Other Guy, en la versión original de Richard Barrett, grabada en 1961. Era un tipo de melodía Merseybeat, antes que el Merseybeat. Era una suerte de imitación de Ray Charles que los Beatles ni siquiera tuvieron que transformar para hacerla suya. Ya sonaba como ellos. Muy bizarro. Los beatles la grabaron en 1962 y luego todo el mundo la versionó. Luego, Soul Sister Brown Sugar, de los gigantescos Sam & Dave, de 1968, producido por Isaac Hayes y David Porter, con Booker T and the MGs en los instrumentos. Crash Boom Bang, un tema muy cool de The Bayonets, la canción que titula su primer álbum. Dead Man’s Curve, una profética y extraña canción de Jan & Dean, porque Jan Berry se accidentaría más tarde en la misma curva mencionada en la canción. Y al cierre con una versión de It’s All Too Much mezclada para la banda sonora de Yellow Submarine. Las voces son distintas, más aceleradas al principio. Es uno de los pocos mixes en stereo que toleramos. El destino está una vez más de parte de los fab four: primero con A Hard Days Night, luego help y por último con Yellow Submarine, una película con la que no tuvieron nada que ver, pero que acabó representando al completo y a la perfección, el legado que entregan generación tras generación.


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