Ya, se viene una jornada de aquellas… Se acabaron las esperas, cayó el último grano en el reloj de arena…
Mañana, al mediodía, estaremos nuevamente conectados frente a una pantalla, la de la televisión, la del teléfono, la del computador. Conectados frente a otro hecho de la cultura de masas que nos hará sentir que somos un solo pueblo, una misma esperanza, los que movemos los remos de un barco que va hacia un destino común. Por eso, la Selección se llama «la roja de todos»; por eso, el fútbol es el más lindo de los deportes, el más convocante, el que crea lealtades, pasiones, un sentir nacional.
Sí, es verdad, otra vez nos tocó Brasil. Estamos destinados a encontrarnos con este escollo que nunca hemos podido superar en los Mundiales. Es como el castigo de Sísifo que una y otra vez nos hace levantar una roca hasta la cima de la montaña para que esta vuelva a caer y el esfuerzo deba comenzar de cero. Pero estamos acostumbrados a la perseverancia, a asumir las dificultades de chicos a grandes, así nos va mejor, así nos apiñamos con más fuerza, nos disciplinamos hasta creer que todo es posible… la de mañana, podrá ser una jornada memorable y si no, bueno, seguiremos como Sísifo, levantando la roca de la esperanza una y otra vez hasta que podamos celebrar en la cima venciendo a la frustración…