Editorial de Freddy Stock, jueves 24 de abril.
«Este programa no es una Biblia»… no, no nos referimos a «Palabras sacan Palabras» que algo tiene de litúrgico… La cita a la Biblia la hizo la Presidenta Bachelet en una ceremonia en la comuna de San Ramón para explicar que su plan de Gobierno no está ajeno a las eventualidades. Aún así, dijo la Presidenta, se irá tras los cambios sustantivos en el área tributaria, constitucional y de educación que prometió.
Lo cierto es que los programas de Gobierno no son tablas sagradas, pocas cosas son sagradas en el mundo profano y especialmente en la política… pero sí son cartas de navegación y compromisos con la gente. La Presidenta Bachelet presentó un programa de cambios profundos para sólo cuatro años de Gobierno. Y ante una derecha mermada en el Parlamento, deberá enfrentar la oposición más dura, esa que viene de sus propios partidos. Como lo que ya se manifiesta contra su proyecto para terminar con el Binominal donde ya se escuchan airados reclamos desde la Nueva Mayoría por el redistritaje que abre mucho el naipe.
Justo hoy, la revista «Time» sitúa a la Presidenta entre las 100 personas más influyentes del planeta. La define, entre loas, como «una líder comprometida y valiente», con un estilo de gobierno que tiene «una inusual combinación de humanidad y liderazgo sólido. Es gentil y accesible, pero a la vez fuerte y decidida».
Time rescata atributos que son claves para esta etapa difícil, donde todos quieren salvar parcelas frente a un país que exige cambios profundos. La Presidenta debe llevar adelante un programa que no es un libro sagrado, pero que tampoco puede pasar a la historia como- escribiría Margaret Mitchell- «Lo que el viento se llevó» …