MALDITO ROCK AND ROLL

Syd Barrett revive con registro en vivo perdido

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El show de 1972 con la Last Minute Put Together Boogie Band que reafirma el mito.

Por Ernesto Bustos

Existe controversia sobre el verdadero aporte de Syd Barrett a Pink Floyd. En más de alguna ocasión he escuchado decir que gracias al talento y aura del «Diamante Loco» los Floyd fueron lo que fueron o son lo que son.

No sé. Me parece extraño y ojo, que no se interprete de forma errónea, lo que afirmo. Brian Jones, el cerebro de los Stones en su primera época, grabó varios discos clásicos entre 1964 y 1968. En cambio, Syd Barret sólo participó cabalmente en The Piper at the Gates of Dawn, el debut de Pink Floyd, siendo el 90 por ciento del material ahí registrado de su propiedad. Ya en A Sauserful of Secrets, la segunda entrega de la banda, apenas hay una canción de su autoría, «Jugband Blues». Esta se había grabado con anterioridad al disco e incluso su amigo, David Gilmour, ya había ocupado la plaza de guitarrista tras su alejamiento.

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¿Qué sucede con la imagen mesiánica que proyecta Syd a los fanáticos de Pink Floyd? Dos cosas: el 6 de enero pasado, el primer cantante y guitarrista de la banda habría cumplido 68 años; y sólo hace unos días se anunció la próxima edición de un registro en vivo, que corresponde a su corta época solista. Se trata de un show inédito, captado el 27 de enero de 1972, en el Corn Exchange de Cambridge.

Las cintas se encontraron en junio de 2010, por la módica suma de 5 mil dólares en un remate que no tuvo mejor postor (sólo postura mínima), y corresponden a un show ofrecido por la Last Minute Put Together Boogie Band, donde Syd Barret interpretó tres canciones en calidad de invitado. La banda la integraban el guitarrista y cantante Bruce Pain, Jack Monk en el bajo y John Edward Alder en batería. Recordar que el último intento de Barrett en la música fue, precisamente, con los dos últimos músicos en Stars.

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Retrocedamos en el tiempo. Entre The Piper at the… y A Sauserful of…, Syb Barrett ya había ingresado a un viaje sin regreso, marcado por su abrumador consumo de drogas y el desequilibrio mental que ya se manifestaba, con rasgos de esquizofrenia y autismo. El cuento es conocido: abandonó Pink Floyd (algunos aseguran que fue echado por Roger Waters) e intentó iniciar una accidentada carrera solista, apoyado por el propio Waters y David Gilmour, quienes produjeron los discos The Madcap Laughs y Barrett, ambos publicados en 1970.

Luego vendría la clásica historia de las sesiones de grabación de Wish you were here (1975), donde Syd Barrett visitó los estudios de Abbey Road ante la incredulidad de sus ex compañeros. Después sobrevendría la oscuridad y el mito. El ex líder de Pink Floyd se borra del mapa y se encierra en casa de su madre a pasar el resto de sus días. Hay quienes cuentan que durante ese periodo, que a la postre serían décadas, el músico fue entrevistado por un medio escrito, asegurando no saber qué era Pink Floyd y menos quiénes eran Roger Waters, David Gilmour, Nick Mason y Rick Wright, mientras consumía el tiempo jardineando o viendo televisión. Así culminaron sus días el 7 de julio de 2006.

Pues bien. Ese silencio que por décadas invadió la figura del fundador de Pink Floyd llegará a su fin cuando el sello Carlton Sandercock publique el show de la Last Minute Put Together Boogie Band, aún sin fecha de salida al mercado.

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Más datos sobre la edición. Además de Bruce Pain, Jack Monk y John Edward Alder, participa como músico invitado Fred Frith, guitarrista de los vanguardistas ingleses Henry Cow (objeto de culto de los nacionales Fulano). La lista completa de canciones que incluye este registro inédito la componen “Sea Cruise”, “L.A. to London Boogie”, “ICE”, “Nadine”, “Drinkin’ that wine”, “Number nine (gotta be reason)”, “Let’s roll” y “Sweet little angel”. Syd Barrett participa en los últimos tres temas y, según el comunicado entregado por la disquera Carlton Sandercock, «la música que se puede escuchar en los registros, está a millones de millas de cualquier cosa que haya hecho Pink Floyd en su historia».

Si me apuran un poco, creo que el legado de Syd Barrett va más allá de un puñado de canciones descubiertas en un remate. Pink Floyd debe su status de banda planetaria gracias a la inspiración y locura del «Diamante Loco». Él es el responsable de la mística primaria con que los Floyd cimentaron su imperio.

Y debo reconocerlo. La edición del registro inédito en vivo de Syd Barrett es la excusa para reivindicar su relevancia en el universo «floydiano». Hace 8 años dejó de brillar con poca gloria y mucha pena. Eso todavía hace ruido.


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