Edwardschampagne
Editorial de Freddy Stock, jueves 02 de mayo.

La Universidad de Cambridge anunció ayer la muerte “tranquila, mientras dormía, por una larga enfermedad” de Robert Edwards, de 87 años.

Edwards –escribe el diario El País, de España -es el padre de Louise Joy Brown, el primer bebé concebido en un tubo de ensayo, en 1978. Pero también de los más de cinco millones de niños que desde entonces, según calcula la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, han nacido gracias a la técnica desarrollada por el científico británico, la fecundación in vitro.

Junto a su colega Patrick Steptoe, Robert Edwards extrajo el óvulo de una mujer con una lesión en las trompas de Falopio y lo fertilizaron en una probeta con esperma de su esposo. El embrión resultante fue transferido al útero de la mujer y nueve meses después, el 25 de julio de 1978, nació la pequeña Louise Brown, la primera niña probeta.

Fue un salto de la ciencia que marcó un hito en la humanidad, pese a haber sido resistido por sectores conservadores como la Iglesia Católica que acusó a ambos de estar jugando a ser dioses con estos inventos… Si los dioses existen y ellos dan vida, Edwards es uno de ellos. Uno mortal, claro, que nos dejó ayer pero que con su genialidad pudo dar felicidad y esperanza a millones de padres e hijos que nacieron gracias al empuje siempre esclarecido de la ciencia. Ese empuje que nos permite luchar contra el oscurantismo…


Contenido patrocinado

Compartir