PUNTERO FANTASMA

Colo Colo se estrena en la Libertadores: ¿cómo le fue?

Mal, pues. Su debut en el torneo continental tuvo lugar en 1961. Campeón de Primera División el año previo, Colo Colo sería el único representante chileno en la segunda versión de un torneo que -por cierto- no se llamaba Copa Libertadores.

Oficialmente, la Confederación Sudamericana de Fútbol había bautizado como “Copa Sudamericana de Clubes” a este certamen que reunía entonces sólo a los monarcas de cada país miembro (aunque varias federaciones no participaban por el alto costo que suponían los traslados). Ahorrativa, la prensa le llamaba “Copa América”, apelativo que como sabemos en los años ‘70 sería adoptado por el campeonato sudamericano de selecciones.

Chile -siempre pionero en hacer el loco a nivel continental- ya había mandado en 1960 a la Universidad de Chile, su vigente campeón, a estrenar el torneo. ¿El resultado? Jugando de manera deplorable, los azules fueron boleteados sin piedad por Millonarios. El marcador global fue 9 a 0 a favor del “Ballet Azul” colombiano. Un bochorno.

Un año después, a Colo Colo no le iría mucho mejor. En lo que vendrían a ser los cuartos de final, el 9 de abril de 1961 Olimpia goleó al monarca chileno por 2 a 5 en el Estadio Nacional. Los paraguayos -rápidos y mañosos- se dieron un festín con una defensa alba que llevaba meses sin jugar un partido oficial.

Dejemos que hable Renato González, alias Pancho Alsina: “Ya vimos como el año pasado Universidad de Chile tomó muy a la ligera su participación en la Copa Sudamericana de Clubes y sufrió un descalabro que más tarde lamentó. Esta vez Colo Colo cayó en el mismo vicio: no se presentó a su encuentro con el campeón paraguayo con el estado de ánimo más apropiado para disputar un match difícil, ni tampoco con estado físico y menos con una sólida ordenación estratégica. Seguimos con los viejos vicios que, optimistas, llegamos a creer que comenzaban a desterrarse. No tenemos remedio”.

En la crónica del match, Antonino Vera acusó a los jugadores albos -que jugaron con una extraña camiseta listada- de subestimar al rival y mostrar un total desgano en la cancha, casi como si avanzar de ronda les hubiera significado un problema.

“El conjunto albo despreció olímpicamente la oportunidad de cumplir una campaña de resonancia y de proyecciones valiosísimas. Porque esta justa entre los campeones de las competencias de clubes de los respectivos países sudamericanos culmina con una doble confrontación con el campeón de Europa. Evidentemente, el domingo, el ánimo no estaba para jugar ni para ver fútbol. Desde esa entrada cabizbaja de los equipos a la cancha, con ese saludo solemne, se advirtió que algo pesaba en los espíritus. Estaba reflejado incluso desde antes del partido, en las tribunas semivacías para un partido de enorme trascendencia”.

El partido de vuelta en Asunción, que ambos cuadros jugaron dos semanas después con alineaciones plagadas de reservas, fue en verdad un trámite. Al menos Colo Colo subió su nivel y ganó por 2 a 1, sellando el primer triunfo chileno en un torneo que sistemáticamente nos traería más bochornos que cualquier otra cosa.

Foto: revista Estadio.


Contenido patrocinado

Compartir