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Metal Attack: El llamado a liberar el Kraken

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Revisa fotos de los sets de Testament, Cannibal Corpse, Dorso, All Tomorrows y Cerberus.

Testament, Cannibal Corpse, Dorso, All Tomorrows, Cerberus

Miércoles 25 de mayo de 2015, Teatro Caupolicán

Fotos: Testament y Cannibal Corpse, The FanLab; Dorso, All Tomorrows y Cerberus, Roberto Vergara.

Texto: Jorge I. Lagás

La promesa era desatar un huracán de potencia, no sólo dentro del Teatro Caupolicán, sino en medio de la cartelera de conciertos de fin de año, con dos de las bandas más reputadas del thrash y death internacional, más tres exponentes nacionales igual de duros, haciendo retumbar Santiago por un día. Varios hacían bromas con que saldrían del recinto sin la misma integridad física que cuando llegaron. Como suele pasar cuando hay mucha expectativa, es difícil responder a ella a la hora de la verdad. Pero en la suma y resta, el Metal Attack lo logró. En unos momentos más que otros, pero en general prevaleció lo que la gente fue a buscar: metal puro y duro, directo al hipotálamo, entregado por algunos de los músicos más competentes del circuito.

No era corta la tirada, con cinco bandas en fila. La primera fue Cerberus, que aperró saliendo a la cancha en un horario en que muchos todavía estaban recién saliendo de sus trabajos. Más de 20 años de death metal concentrados en su set, con su último disco ‘Agony of damnation’ (2015) como gran novedad y dando cuenta de lo que han crecido en todo este tiempo, hasta llegar a ser un combo muy sólido de death metal brutal y directo. Debieron ser vistos por más gente, pero por el horario y por ser los primeros, pasan estas cosas. Ojo con su disco, que es uno de los lanzamientos interesantes del metal nacional en esta temporada.

All Tomorrows era el número “diferente” del cartel. Entre tanto death y thrash tradicional, su enfoque más moderno y vanguardista generó cierta curiosidad por ver cómo les iría. Ya a esas alturas había llegado más gente, que resolvió la incógnita respondiendo a la propuesta del cuarteto con cabeceos y manifestaciones de apoyo. Gran sonido acompañó al grupo para desplegar su música llena de cambios y de complejas ejecuciones de parte de sus músicos. También están presentando disco nuevo, ‘Sol agnates’.

A la hora de Dorso, ya el Caupolicán se había ido llenando y se pudo comprobar, una vez más, por qué Dorso suele estar en las grandes citas: tienen clásicos para tirar a la chuña, despliegan un entretenido show, con buen sonido, con buen desempeño de sus músicos y con ese carisma peculiar que les da una importante identificación con el público. ¿Qué más se puede pedir? Si salen más grupos con esos elementos, bienvenidos sean en cualquier festival o concierto. El Caupolicán cantó, cabeceó y mosheó con sus canciones de discos tan emblemáticos como ‘El espanto surge de la tumba’ o ‘Disco blood’, dejando los ánimos bien arriba para los platos fuertes, Cannibal Corpse y Testament.

Siendo bien directo: Cannibal Corpse se comió la noche. Es cierto, sabemos cómo es un show de ellos, han venido varias veces y, salvo algunas variaciones según el disco que vengan mostrando, siempre es básicamente lo mismo. Aún así, no deja de impresionar la aplanadora que son en vivo. Esta vez contaron con un sonido arrollador desde el inicio, en que apelaron a su material más reciente, y terminaron de echarse al respetable al bolsillo cuando empezaron con los clásicos como ‘Stripped, raped and strangled’, ‘Disposal of the body’ y ‘Sentenced to burn’, con los que ya nadie pudo quedarse quieto. Aplastante performance del vocalista George ‘Corpsegrinder’ Fisher y el resto de la banda, destacando el gesto del guitarrista Pat O’Brien que salió a tocar con polera de Cerberus. Al final, quemaron todos los cartuchos con infaltables como ’I cum blood’, ‘A skull of maggots’, ‘Hammer smashed face’ y ‘Devoured by vermin’, que cerró la carnicería.

Con eso ya estaba para no pedir más guerra, pero todavía faltaba Testament. Pasadas las 23 horas, después de cuatro bandas intensas y en día hábil, hubo que sacar fuerzas de flaqueza para el mosh interminable de los estadounidenses. La excelencia estaba asegurada con una formación que luce a Gene Hoglan y Steve DiGiorgio en la base rítmica, más las guitarras de Skolnick y Peterson y la voz de Chuck Billy. Lamentablemente, partieron a porrazos con el sonido y el golpe certero que debió ser ‘Over the wall’ se vio un poco atenuado. Los gestos de Chuck Billy y Steve DiGiorgio haciéndole señas a la mesa de sonido dieron cuenta de esto. Pero la cosa se fue componiendo con el correr de las canciones, que repasaron diversas épocas del grupo: clásicos ochenteros (‘Into the pit’, ‘Disciples of the watch’), material de los 90 (‘Dog faced gods’, ‘D.N.R.’) y de los discos más recientes (‘Rise up’, ‘More than meets the eye’). La entrega de los titanes encontró como respuesta la entonació de varios coros y unos mosh de temer en los momentos cúlmines. Realmente es para aplaudir el aguante del público, ya que a esas alturas una persona “normal” no se levanta ni a palos.

A pesar de esto, la presencia de Testament auguraba un efecto aún mayor, que quizás por lo largo de la tirada o por las complicaciones con el sonido, no alcanzó el tope soñado. Esta jornada infernal era para liberar el Kraken de lo que siempre nos vanagloriamos en Chile: la intensidad única con la que se viven los conciertos de metal en nuestro suelo. En ese sentido, Cannibal Corpse, con su impecable devastación, fue el gran ganador de la noche. De todos modos nadie puede quejarse de que no encontró lo que fue a recibir, metal directo a la vena. Es de esperar que el Metal Attack sea una marca que se prolongue en el tiempo y no pase lo mismo con otras apuestas que han quedado en el camino.

TESTAMENT

 

 

CANNIBAL CORPSE

 

 

DORSO

 

 

ALL TOMORROWS

 

CERBERUS

 


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