PUNTERO FANTASMA

El peor engendro en la historia de los clubes chilenos

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En 1970, nuestra Segunda División fue escenario de dos hechos insólitos. Ya vimos cómo a comienzos de ese año Ferrobádminton se partió por la mitad, divorcio que dio origen a dos clubes que -algo inédito en el mundo- terminarían disputando luego el mismo torneo: Ferroviarios y Bádminton de Curicó.

Un episodio igual de estrafalario lo protagonizó Deportes Municipal de Santiago.

Embarcada en la expansión del profesionalismo, la Asociación Central de Fútbol (ACF) se estaba deshaciendo sin anestesia de los clubes capitalinos más chicos. Un tremendo cacho era el cuadro celeste, que no tenía estadio ni hinchada, pero siempre se las arreglaba para no acabar colista ni “regresar a su asociación de origen”.

¿La solución? Tal como a Green Cross, Iberia y el propio Bádminton, la ACF forzó al Municipal a tramitar una mudanza a provincia. ¿El problema? Nadie quería recibir a un club identificado desde su propio nombre con un municipio santiaguino.

Tras meses de búsqueda apareció un interesado. El alcalde de Rengo ofreció el pequeño estadio de la localidad, cuya población no superaba los 25 mil habitantes. La dirigencia “edil” aceptó, pero a medias: no habría fusión con un cuadro local y Municipal sólo arrendaría el recinto; su sede, campos de entrenamiento y divisiones cadetes permanecerían en la capital.

Insólitamente, este ridículo arreglo fue aceptado y Municipal de Santiago sería local en un pueblito situado a 114 kilómetros de su casa. Así, fin de semana por medio, el plantel abordaba un bus interprovincial que lo depositaba en Rengo. “Este equipo de Municipal no deja de ser curioso. Los jugadores sólo conocen de Rengo el trayecto que media entre el paradero de los buses que van de Santiago a la cancha”, describía Estadio.

Los renguinos, nada de lesos, mostraron escaso entusiasmo por apoyar a un club de alquiler que nunca tuvo el menor interés por generar algún arraigo local. De hecho, hasta el final, en su pecho los jugadores lucieron la insignia con el león rampante de la Municipalidad de Santiago.

“Deportes Municipal se trasladó a Rengo con la esperanza de encontrar allí el respaldo popular que Santiago jamás le dio. Universidad Técnica, en forma más sabia, decidió optar por el retiro en vez de seguir vegetando. Recordemos que Iberia, anteriormente, se había ido a Los Ángeles, donde le ha ido más o menos bien. Al parecer, o busca Municipal otro arrendatario o definitivamente se esfuma como equipo de fútbol”, sentenció Estadio.

En el Apertura, Municipal dio bote; en el torneo oficial, logró la triste hazaña de sumar apenas un miserable puntito en las primeras 8 fechas. La prensa se ensañó con este engendro: “¿Con quién pierde Municipal esta semana? Esa es la cuestión. Porque el cuadro edilicio no tiene fútbol, hombres, ni capacidad como para ganarle al más vulnerable. Deportes Municipal sigue su veloz carrera hacia el ocaso. ¿Es fútbol o qué su presencia en la cancha?”.

Los ediles parecían condenados de antemano, pero una espectacular remontada en la segunda rueda les permitió terminar empatados en la cola junto a Ñublense y Santiago Morning. Una liguilla final a disputarse en Santiago decidiría el único descenso: Municipal perdió los dos encuentros y se marchó a ligas amateur de la capital, donde aún perviven sus despojos. En Rengo, por cierto, jamás volvería a afincarse un equipo de fútbol rentado.

Fotos: revista Estadio.

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