PUNTERO FANTASMA

¿Cuándo ganó Chile su primer partido oficial?

1926_Sudamericano_Chile_Uruguay

Tras desertar de un par de Sudamericanos por líos federativos internos, en 1926 Chile volvió a organizar el torneo continental que ya había acogido en 1920. Esta vez el evento tuvo como escenario los Campos de Sports de Ñuñoa. Esa cancha, de propiedad de la UC, estaba situada en lo que hoy es la esquina de José Domingo Cañas con Campos de Deportes, a pocas cuadras de donde una década después se erigiría el Estadio Nacional.

Tras una década como perpetuo colista continental, Chile por fin cumplió en ese 10° Sudamericano. Lo mejor vino el 12 de octubre: en el partido inaugural la Roja goleó 7 a 1 ante Bolivia, que debutaba en estos torneos. Fueron 4 tantos de David Arellano, uno de Guillermo Subiabre, otro de Humberto Moreno y el último de Manuel Ramírez.

Desde su estreno internacional en 1916, la selección chilena había disputado 32 partidos oficiales; su triste cosecha eran 5 escuálidos empates, 27 derrotas y un verdadero saco de goles en contra.

En el segundo encuentro de ese Sudamericano, Chile perdió 3 a 1 contra los uruguayos (en la foto de arriba, la entrada de los equipos a la cancha); luego igualó a 1 con Argentina y venció por 5 a 1 a Paraguay. Al cabo, la Roja acabó tercera; para variar la copa se fue a Uruguay, que sumó su 6° sudamericano en 10 ediciones disputadas.

Chile era capitaneado por el legendario fundador de Colo Colo, David Arellano, goleador del campeonato con 7 tantos. Un año antes, en el bar “Quitapenas”, este profesor primario había decidido abandonar para siempre Magallanes y crear otro club, Colo Colo, que ese año venció en todos sus partidos, fue apodado “El Invencible” y rápidamente ganó arraigo en el sentimiento popular.

La memoria de Arellano aún sigue viva. Sin embargo, el gran crack de ese equipo chileno era un jugador hoy casi olvidado: Guillermo “Chato” Subiabre. Nacido en Osorno en 1903, a los 17 años viajó a Santiago a probar suerte; luego se enroló en la Armada y en paralelo integró el plantel de Santiago Wanderers. En 1926 se sumó a Colo Colo justo a tiempo para participar en la gira de los albos a España, recordada precisamente por la trágica muerte de Arellano en Valladolid.

El triunfo frente a Bolivia en el Sudamericano había marcado el debut de Subiabre por nuestra Selección. Era un goleador nato, de gran volea y reconocido por no achicarse ante nadie. En total alcanzó a sumar 10 tantos con la Roja; el último fue el que le dio el triunfo a Chile sobre Francia en la primera ronda de Uruguay 1930, donde fue elegido el mejor centro-half del torneo. Abajo, lo vemos en el saludo entre árbitros y capitanes antes del partido contra Argentina que selló la eliminación chilena del primer Mundial. Es el más chico de todos: medía apenas 1,58 metros; no por nada lo apodaban “Chato”.

1930_Chile_Mundial (Subiabre)


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