PUNTERO FANTASMA

Audax, el 2° club más grande de Chile

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Entre 1940 y 1959 el fútbol chileno vivió años de locura. Nada menos que 10 equipos se repartieron los 20 títulos en disputa. Cuando comenzaba un campeonato, nadie sabía muy bien qué podía pasar.  Bien distinto a hoy, donde casi todo es predecible.

Esas décadas estuvieron marcadas por varios hitos. Los periódicos altibajos de Colo Colo (que aún así sumó 5 estrellitas), los primeros títulos de las universidades, las únicas e irrepetibles coronas de Green Cross y Santiago Morning, los primeros campeones provincianos y el nacimiento de la Segunda División junto a un sistema de ascensos ordenado.

Y también esos años -por extraño que hoy parezca- vieron la consolidación de un equipo modesto como el segundo más importante de Chile. A río revuelto, Audax Italiano sumó tres títulos (1946, 1948 y 1957), 4 subcampeonatos y 3 terceros puestos. Habituados a dar casi siempre la pelea y jugando bonito, los audinos fueron sumando muchos hinchas neutrales a los padres fundadores de la colonia.

A mediados de los 50, la prensa deportiva comenzó a pensar que el popular Audax era el único club que podía hacerle sombra al gigante colocolino (tal como Cobreloa cumpliría ese rol 30 años más tarde). Así se levantó casi de la nada el llamado “clásico criollo”, que enfrentaba a albos y audinos con sus planteles chilenizados. Durante algunos años, este match le peleó palmo a palmo el trono de “derbi chileno” al multitudinario clásico universitario, que ofrecía más emoción en las galerías que en la cancha.

En 1954 los verdes de la calle Lira dieron otra prueba de su grandeza. La Asociación Central de Fútbol, en una de sus tantas improvisaciones, decidió que un Audax reforzado sería base de la selección que enfrentaría las eliminatorias para el Mundial de Suiza. Arriba vemos al Sapo Livingstone rodeado de jugadores audinos y otros parches, en el inicio de un proceso que fracasaría miserablemente: enfrentada a Brasil y Paraguay, la Roja no sumaría ni un miserable punto y apenas anotaría un gol.

El Audax, entonces, era tan grande como para sostener a Chile. ¿Qué le pasó después? Quizás lo más razonable es pensar que durante esa década se estaba fraguando la explosión de la U y la UC. El clásico universitario, aparte de una fiesta estudiantil, se convirtió de sopetón en un partido que definía títulos. Ahí cambió todo: aparte de Colo Colo, el resto de los equipos santiaguinos se replegó a un tímido segundo plano para cimentar el reinado de los tres grandes.

Y a esas alturas, el Audax Club Sportivo Italiano había vuelto a ganarse el condescendiente mote de equipo “simpático”. Los viejos bachichas, en una rápida decadencia, se fueron achicando y jamás volverían a sumar un trofeo a sus vitrinas.

Fotos: revista Estadio.

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