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Bruce Dickinson y la razón por la que se fue de Iron Maiden en 1993: «Me exijo mucho a mí mismo»

En una reciente entrevista a Vulture, Bruce Dickinson se refirió a su alejamiento de Iron Maiden en 1993, el que llevó al período en que la banda contó con Blaze Bayley como vocalista y a exploar su faceta como solista con 4 discos seguidos.

Dickinson cuenta: «Cuando dejé Iron Maiden, me exigía mucho a mí mismo. Pensaba ‘todo esta configuración es una limitación. Es como una jaula dorada que es cómoda y hace mucho dinero y que nos permite reciclar nuestra identidad, pero no quiero eso para mí. La única forma en la que puedo encontrar algo más allá y crecer como cantante es hacer algo diferente. Y la única forma de hacerlo en serio es irme de la banda’. Me di cuenta de que, cuando estás en Iron Maiden, todos te adulan. En los 80, si estabas en una banda grande, contabas con publicistas y toda clase de personas para protegerte. En el momento en que sales de la burbuja, todos piensan ‘en verdad tenía muchas ganas de pegarle una patada en las bolas a este sujeto’. Eso fue lo que me pasó y quedé impactado. Pero al mismo tiempo, me confirmaba ‘por eso hiciste esto’. Sales de la caja para encontrarte con lo que está fuera de ella. Solo debes asumirlo y pensar ‘hay que avanzar, esto es la evolución, el darwinismo. Es supervivencia'».

 

El vocalista y piloto agrega: «Básicamente, te lanzas al universo y te preguntas si acaso deberías ser un cantante, si hay algo de utilidad que puedas aportar al mundo al estar en una banda de heavy metal mas allá de la nostalgia. Porque si solo es eso, personalmente tomaría a esta persona y la estrangularía silenciosamente para hacer algo de más utilidad. Si quieres ser artista, no puedes dormirte en tus laureles. Tienes que hacer algo diferente. Yo no sabía qué hacer, y por eso me fui. La gente asumía que yo tenía un plan armado al irme. Y simplemente no lo tenía, algo que para mis compañeros en Iron Maiden fue muy difícil de comprender».

Respecto al cuánto temió que Iron Maiden perdiera su relevancia, Dickinson afirma: «El hacer siempre lo mismo podría ser algo que a los fans les puede gustar, pero que nos iría disminuyendo con el tiempo. La banda se volvería menos relevante y gradualmente se convertiría en una masa amorfa indistinguible de la comunidad del metal. Y eso no era lo que yo quería. Aprendí mucho estando fuera de la banda. Cuando volví a Iron Maiden en 1999 era un mejor cantante que cuando me fui. Y el álbum que hicimos, ‘Brave New World’ (2000), creo que es uno de nuestros clásicos de toda nuestra carrera. Y se convirtió ene so porque la energía había regresado. Todo en la banda cambió en ese punto. Antes de que me fuera, siempre había conflictos de poder. Cuando volví, todo fue mucho más honesto. La gente dice que Maiden es como una familia, algo muy bueno. Pero las familias no necesariamente lo son. Una familia feliz es algo grandioso, pero las familias son eventos al azar que simplemente suceden. Salen del mismo lado y no hay razón de que se agraden entre sí. Si tu hermano es un imbécil, solo lo es».

Dickinson concluye: «Probablemente ahora somos más amigos que nunca. Somos una banda de hermanos nacidos de la misma madre, que es Iron Maiden. La nave madre dio a luz nuestra relación. Y todos lo aceptamos. Mi lealtad no es para Steve, Adrian o Janick. Es para Iron Maiden y esa es la base del que tengamos una gran relación. Significa que nos perdonamos unos a otros. Creo que así lo siente cada uno en la banda».

 

 

 


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